Setíen asegura que la relación entre el arcipreste de Irún y un etarra responde a la "caridad sacerdotal"
El obispo de San Sebastián, José María Setién, asegura que la relación entre el arcipreste de Irún, José Ramón Treviño, y el presunto etarra Ignacio Rekarte, a quien la policía atribuye el triple asesinato de Santander del 19 de febrero, es "plenamente conforme con el ejercicio del ministerio, de la caridad sacerdotal y de la predilección evangélica por los más necesitados". El obispo guipuzcoano sale así al paso de los sucesos en que se ha visto envuelto Treviño en los últimos días, y que han terminado con su encarcelamiento por "colaboración con banda armada". El PNV salió en defensa de los sacerdotes, mientras el socialista Ramón Jáuregui señaló: "Me preocupa que la Iglesia dé una imagen que nada tiene que ver con la realidad".
El obispado de San Sebastián emitió ayer el siguiente comunicado: "El juez instructor del juzgado número 2,de la Audiencia Nacional ha decretado la prisión incondicional del sacerdote José Ramón Treviño, párroco-arcipreste de una parroquia de Irún. Parece ser que la decisión Judicial se basa en el hecho de que el citado sacerdote habría posibilitado pasar la noche del 28 al 29 de febrero en un local anexo al templo parroquial, a dos presuntos miembros de ETA que se presentaron en su domicilio muy entrada la noche. Estos jóvenes han resultado ser presuntos participantes en el atentado cometido en Santander el 19 de febrero"Ante este hecho, el obispado de San sebastián comunica a los cristianos de la diócesis y a la opinión pública general, lo que sigue:
1.- El sacerdote José Ramón Treviño ha dado a lo largo de estos años pruebas fehacientes y Públicamente reconocidas de una total dedicación a su ministerio apostólico, con una especial atención y entrega a los más pobres y marginados, particularmente a los inmigrantes y drogadictos.
2.- Durante el proceso de recuperación llevado a cabo en el Proyecto Hombre [entidad dedicada a la rehabilitación de toxicómanos] por Ignacio Rekarte, uno de los implicados en los hechos del 28 al 29 de febrero, el sacerdote José Ramón Treviño mantuvo con él un contacto muy estrecho y continuado, lo que dio lugar a una relación personal plenamente conforme con el ejercicio del ministerio, de la caridad sacerdotal y de la predilección evangélica por los más necesitados".
3.- Ante esta realidad, la actuación del sacerdote José Ramón Treviño no debe atribuirse, en tanto no fuere probado positivamente lo contrario, a una voluntad de prestar colaboración a las acciones de ETA, fruto de la aceptación u aprobación de sus estrategias y sus acciones terroristas. Es, además, incierta la afirmación de que este sacerdote hubiera declarado ante el juez que era conocedor de la presunta participación de Rekarte y su acompañante en el atentado de Santander.
Insidias y calumnias
4.- Carece de fundamento y debe por ello rechazarse como insidiosa y calumniosa la atribución hecha al clero vasco en generel de aprobar, justificar e incluso animar las acciones de ETA.
5.- La condición sacerdotal y el ejercicio del ministerio apostólico no deben ser razón que impida la aplicación equitativa de las leyes justas de un estado de derecho. Ello exige, sin embargo, que los hechos sean tipificados y valorados en sus justas y reales dimensiones, no sólo desde su realidad material, sino también desde las motivaciones y circunstancias humanas que los definen. Lo que es particularmente importante cuando tales hechos son objeto de una valoración ética y cristiana".
El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía, se negó ayer rotundamentente a comentar el asunto. Suquía se encontraba en Roma para participar en la celebración del primer centenario del Colegio Español. Ramón Echarren, arzobispo de Canarias, presente en el acto, comentó que ni siquiere lee los periódicos por el disgusto que le produce el asunto y que espera que se calmen los ánimos.
El jefe del Ejecutivo vasco, José Antonio Ardanza, consideró ayer "muy delicado y muy grave la forma en que se está insinuando e implicando al obispo y al vicario". Para Ardanza es preocupante "la permanente actitud de acusaciones o de interpretaciones de determinadas manifestaciones de la jerarquía eclesiástica vasca" por parte de ciertos medios de comunicación.
Ardanza arropó con sus declaraciones al obispo de San Sebastián, José María Setién, y al vicario general José Antonio Pagola quienes, según la Guardia Civil, tenían conocimiento de todo.
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, justificó en Artea (Vizcaya) la actitud del arcipreste Treviño. Arzalluz, se mostró convencido de que el sacerdote no está comprometido con la violencia y de que "obró con buena intención".
Por su parte, el secretario general de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, señaló: "Me preocupa que la iglesia dé una imagen que nada tiene que ver con la realidad". Finalmente, el dirigente de HB Rufi Etxeberria comentó: "Aplaudo la actuación humanitaria de Treviño, porque está claro que lo único que ha hecho es dar cobijo a dos personas que de ser detenidas hubiesen recibido malos tratos"
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