Los dos detenidos están "destrozados anímicamente"
Los dos presuntos autores del lanzamiento de la bengala que causó la muerte al joven Guillermo Alfonso Lázaro, en el estadio de Sarrià, continuaban ayer detenidos en la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, donde prestaron declaración y fueron sometidos a diversas pruebas periciales, además de ser sometidos a una rueda de reconocimiento. Los detenidos son Francisco Vila, de 39 años, y José Marsán, de 59. Ambos reconocieron los hechos y hoy pasarán a disposición judicial.Según fuentes policiales, Francisco Vila es el presunto autor del lanzamiento de la bengala náutica, mientras que José Marsán tan sólo utilizó las típicas bengalas que se sostienen en la mano. "La policía científica ha tomado pruebas de las manos de los detenidos y hay restos de pólvora. Ambos han reconocido haber lanzado las bengalas. Asimismo, se ha tomado declaración a los dos hijos de Vila y a un amigo, que también asistieron al partido con los detenidos".
El estado anímico de los detenidos "es fatal", según informó a EL PAÍS un portavoz policial. "Están totalmente destrozados, porque ahora se dan cuenta de la magnitud del hecho. Se fueron a Sarrià como a una fiesta y no eran conscientes del peligro que, entrañaban las bengalas. Uno de ellos ni siquiera sabe cómo manipular el artefacto, que se convirtió en un arma mortífera".
La policía considera el hecho como algo accidental. "No tenían ni idea de lo que llevaban en las manos. Pero se ha cometido un delito público y la denuncia es de oficio. No hace falta ni que los padres de la víctima presenten denuncia". La policía cree que no hubo negligencia en el control de los espectadores en Sarrià. "El Español tiene su propio servicio de seguridad y nuestros efectivos también controlaron las zonas consideradas de riesgo. Los dos detenidos, además de ir acompañados de niños, se ubicaron en un lugar del campo nada conflictivo. Era imposible sospechar de ellos. Ha sido un hecho, desgraciado pero accidental".
El padre se compadeció
Las mismas fuentes policiales explicaron a este diario que Joaquín Alfonso Zapatero, padre del joven muerto, se interesó por los detenidos en la noche del domingo. "El hombre, que estaba destrozado, se compadeció de ellos y comprendió lo que estaban pasando".
Los dos detenidos, que trabajan en una pescadería, confirmaron no ser socios del Español y entraron en el campo con los carnés de un amigo. Según testigos presenciales, "dispararon las bengalas desde la valla y se dirigieron a sus localidades tan tranquilos".
La bengala que causó la muerte del joven se vende libremente en los establecimientos de náutica a los mayores de 18 años. Contienen más de 200 gramos de pólvora y cuestan unas 5.000 pesetas.
Vila y Marsán pasarán hoy a disposición judicial y el juez y el fiscal determinarán la acusación concreta. En 1985, en un accidente similar en el campo del Cádiz, los culpables fueron condenados a un año de prisión menor por imprudencia con resultado de muerte, y a pagar una indemnización de cinco millones de pesetas.
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