Casos especiales

Algunos casos especiales son los del Atlético de Madrid y el Logroñés, cuyos actuales presidentes, Jesús Gil y Marcos Eguizábal, respectivamente, desean mantener el control. También lo es el del Valencia, en el que Arturo Tuzón intentó demostrar hasta el final que la ley era anticonstitucional para evitar el paso a la sociedad anónima deportiva.At. de Madrid (2.100 millones de pesetas): Los socios carecen aún de información sobre el precio de las acciones y el plazo para suscribirlas. El club se niega a facilitar datos al respecto. La mayoría de las peñas pretende sindicarse para formar un grupo fuerte y competir con Jesús Gil, el presidente, quien pretende convertirse en el dueño de la entidad.

Logroñés (492): El pasado lunes comenzó la venta de las acciones. En principio, cada socio sólo podrá adquirir hasta seis, 60.000 pesetas, salvo los infantiles y los jubilados, con acceso únicamente a dos. Los accionistas se verán beneficiados con referencia a los abonos: en la próxima temporada su precio será igual, pero pn las tres siguientes se les aplicará un 10% de descuento. El presidente, Marcos Eguizábal, parece dispuesto a controlar mayoritariamente el club, con un supéravit de 123 millones, pese a que cada vez se intuye más difícil la construcción de un nuevo estadio por parte del Ayuntamiento.

Valencia (720): La directiva que preside Arturo Tuzón siempre ha mostrado un rechazo a la reconversión del Valencia en una sociedad anónima. Por eso solicitó un informe a Francisco Vicente Juliá, catedrático de Derecho Mercantil, con la ilusión de que el veredicto final dictaminara que la ley del Deporte era anticonstitucional. Las conclusiones fueron contrarias a sus deseos, por lo que no le quedó más remedio que planificar el proceso. El CSD fijó un capital mínimo de 694 millones. Pero el Valencia lo elevó hasta los 720 para cuadrar la cifra con el número de sus socios. Las acciones saldrán a la venta al precio de 8.000 pesetas y cada cual tendrá la oportunidad de adquirir tres en la primera convocatoria. Si no se cubriera, habría otra. Por último, los directivos se reservan el derecho de repartir las acciones sobrantes según sus criterios. Arturo Tuzón dice que su club acata la ley, pero no quiere ser el pionero. De ahí que todavía no se haya fijado el inicio de la suscripción.