Una diva en los juzgados

Sara Montiel bajó ayer las escaleras de la Audiencia de Alicante como si pisara la pasarela de un espectáculo musical. La actitud de la artista, que dijo sentirse "divina", contrastaba con el motivo de la visita, su declaración como testigo en un juicio sobre la compraventa de cinco niños. La presencia de la actriz provocó, como temía el Fiscal, que se olvidara el fondo del asunto: saber si en España es delito o no vender niños a personas que desean adoptarlos.La artista negó haber comprado en 1983 un bebé por 700.000 pesetas, como mantiene el fiscal Miguel Gutiérrez. Sí reconoció, en cambio, que adoptó a su hijo Zeus a través de las gestiones de María Iranzo, una mujer que ahora tiene 74 años y que regentaba la pensión Niki de Alicante, una de las más miserables de la ciudad .

Sara Montiel y Dolores Sánchez -una "mujer de la vida", como se define ella misma- hablaron de cosas muy diferentes. "Agosto lo haré en España", anunció la artista. Sánchez explicó, en cambio, cómo, "por necesidad", entregó a su hijo para que alguien, "un matrimonio de Elche", lo adoptara. Ambas actuaron como testigos. "Dejadme, que mañana grabo mi programa de televisión", decía la actriz a los periodistas. "Alicante es divina y de aquí es mi divino hijo", añadió.

María Iranzo y Gisela Martínez, la presunta madre biológica de Zeus, fueron las únicas personas que se sentaron en el banquillo, acusadas de abandono de menores. Según el fiscal, cinco matrimonios adquirieron niños, entre 1983 y 1984, a través de las gestiones de Iranzo. Los precios oscilaron entre las 700.000 y las 900.000 pesetas. Otras dos procesadas -una madre biológica y una intermediaria- ya han fallecido y la quinta inculpada -madre biológica- está enferma.

Los matrimonios compradores temían ayer que el nombre de los niños se hiciera público. Por ello, el juicio fue a puerta cerrada. El fiscal mostró su preocupación por una posible absolución, al no existir en el Código Penal el delito de venta de menores como tal. Sólo la artista aparentaba ser feliz. Su impecable maquillaje provocó un mayor contraste con la realidad de los hechos juzgados y con la imagen de Dolores Sánchez. Esta mujer relató la entrega de su recién nacido. "Yo era de la vida; luego me retiré", indicó. Sánchez declaró tener 30 años, aunque su apariencia es la de una anciana. "Hoy cumplo 64", informó, por su parte, Sara Montiel.

El fiscal pide 15 años para María Iranzo y seis para Gisela. Gutiérrez recordó que el futuro código "clarifica" el delito: "No quiero bromear, pero, si se absuelve, será como decir a quien tenga niños para vender que lo haga ahora porque luego [con el nuevo Código] no podrá". Una nube de periodistas siguió a Sara Montiel hasta el hotel. Nadie acompañó a Dolores Sánchez a un hogar donde nacieron cuatro niños y todos fueron entregados "por necesidad".