El juez cita a la auxiliar de los ancianos fallecidos durante la huelga de cuidadores

La asistenta de los ancianos que murieron de hambre el pasado mes de noviembre durante la huelga de auxiliares domiciliarios tendrá que prestar declaración el próximo día 12 ante el juez que investiga los hechos. El juez va a interrogar a la cuidadora, que responde al nombre de Victoria M. G., después de que el Instituto Nacional de Toxicología concluyera que los hermanos Julio y Pilar López de las Heras, de 81 y 87 años de edad, fallecieron por "desnutrición" e "inanición", respectivamente.

Una vez que declare Victoria M. G., el instructor del sumario, el magistrado José Alberto Gallego, interrogará a los responsables de la empresa Amad, una de seis empresas ,contratadas por el Ayuntamiento para la ayuda a domicilio de las personas disminuidas o incapacitadas. Ambos ancianos tenían serios problemas de salud: él sufría depresiones y ella llevaba casi dos años sin apenas poder moverse.La cuidadora, que ha sido llamada a declarar por el juez, dejó de trabajar para la empresa Amad semanas después de que aparecieran los cadáveres de los ancianos, según ha declarado María José Carrasco, coordinadora de la empresa. Carrasco afirma que Amad se ratifica en su informe inicial sobre el suceso, que explica que su empresa no cometió ninguna imprudencia y que los hechos ocurrieron de forma fortuita y por causas ajenas a la huelga.

Fuentes judiciales consultadas apuntan, a la vista de la contundencia del informe del Instituto de Toxicología, que la asistenta podría ser acusada de un delito de imprudencia o de omisión del deber de socorro, y que la supuesta responsabilidad civil, es decir, eventuales indemnizaciones, correría por cuenta de Amad como responsable última del cuidado de ambos ancianos.

Investigación

Este periódico intentó ayer, sin éxito, dialogar con esta cuidadora. La investigación judicial la inició el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Jesús Silva, después de que los bomberos encontraran muertos a ambos ancianos en su domicilio de la calle de la Manzana, el pasado 6 de noviembre. Dos semanas antes, los auxiliares domiciliarios habían empezado una huelga para exigir mejoras salariales.Durante la huelga, y en vista del delicado estado de salud de ambos ancianos, la empresa Amad incluyó la asistencia a la casa de Pilar y Julio en los servicios mínimos. Antes del paro, una cuidadora acudía todos los días a casa de ambos, pero después, ya con los servicios mínimos en vigor, la asistencia se redujo a una hora diaria los martes y viernes.

Sin embargo, uno de esos viernes fue festivo (Día de Todos los Santos) y M. G. no acudió al domicilio. El lunes siguiente -se supone que ya estaban muertos-, la asistenta se marchó sin que nadie contestara a sus reiteradas llamadas a la puerta.

Los cadáveres de los ancianos fueron hallados después de que una prima de ambos hermanos llamase por teléfono a la vivienda y, asustada porque nadie contestaba, acudiese a la Policía Municipal. Pilar estaba tendida en el suelo al lado de un armario y su hermano Julio, también muerto, junto a un armario del dormitorio.

Los vecinos del inmueble aseguraron, tras conocer por este periódico el resultado del Instituto de Toxicología, que lo! ancianos tenían comida suficiente en casa y que les extrañaba que la causa del fallecimiento fuera la desnutrición.