La racionalidad de los sindicatos de clase
La larga huelga de la EMT, convocada por la plataforma sindical, no sólo estaba complicando la vida cotidiana —recuerda el autor de este artículo— de los madrileños, sino que coincidía, sólo en el tiempo, con las convocadas en otras empresas del transporte nacional y madrileño.
Con la excepción de la EMT, donde no existe presencia de CC 00 ni de UGT en el comité, en las demás empresas o sectores ésta es mayoritaria. Esta situación fue planteada frecuentemente ante la opinión pública como una conjura sindical.
Afortunadamente, los compañeros ferroviarios acabaron desconvocando la huelga después del compromiso del ministro de Transportes para que Renfe se aviniese a informar y negociar el plan de empresa con los trabajadores.
Los trabajadores del Metro no tuvieron tanta suerte. A pesar de que el señor Revenga, presidente del Consorcio de Transportes, y consejero de Transportes de la Comunidad Autónoma de Madrid, había reconocido públicamente la "poca distancia" existente entre las posturas de empresa y trabajadores en la negociación del convenio del Metro fue necesario, con un coste terrible, ir a la huelga para que se pudiera reducir aún más esa "poca distancia".
En "discrecionales y regulares" ni siquiera estamos hablando de diferencias en la negociación. Los patronos no se sientan a negociar por no reconocerse, entre ellos, la representatividad de cada uno en la mesa de negociación. Es posible que los trabajadores tengamos que ir a una huelga por no existir una fórmula, que a cualquier otra organización se le exige, para determinar la representatividad de cada patronal. ¡Ver para creer! También, por suerte para todos, en esta ocasión los sindicatos han cedido en sus legítimas pretensiones
y han concedido otra semana de plazo.
Con el conflicto del Metro solucionado, con la huelga de periféricas en suspenso y una plataforma sindical más razonable, ha llegado el momento de que todos nos serenemos, nos sentemos a dialogar y empecemos a disolver un absceso, que entre todos, aunque con muy diferentes grados de responsabilidad, hemos contribuido a hacer crecer. Desde luego el forúnculo estallará si algunos creen llegado el momento de aprovechar que ahora que "el Pisuerga pasa por Valladolid", pueden llevar adelante algunas de sus pretensiones como la Ley de Huelga (Gobierno), privatización de la EMT (derecha política y económica) o laminación sindical en la misma empresa (Ayuntamiento y Consorcio).
Señores del Gobierno, es posible que sus encuestas les digan que está en el mejor momento para una Ley de Huelga, que en base a ellas tiren ustedes por la calle de enmedio y no hacia la izquierda; sólo sería una muestra' más de la total falta de conocimiento sobre los trabajadores y sus sindicatos. Pero para nosotros, otros y unos, unos y otros, el asunto está muy claro.
En esta sociedad la huelga es un patrimonio de los trabajadores y no vamos a dejar que nadie nos lo administre. Nosotros tenemos muy pocas propiedades. Una de ellas, de las más preciadas, es la huelga y no nos la vamos a dejar arrebatar. Estamos dispuestos a modularla, a ejercerla en función de nuestros intereses, los de los ciudadanos, que en su inmensa mayoría son trabajadores.
Autorregulación
Ésa es nuestra propuesta de autorregulación: un "pacto con la ciudadanía" que conlleva por nuestra parte la delimitación de cuáles son los servicios esenciales para la comunidad, cuáles los servicios mínimos a mantener en los referidos servicios esenciales, la no coincidencia en las mismas fechas para servicios alternativos, la posibilidad de renunciar a determinadas fechas y el estable cimiento de sistemas de arbitraje previamente pactados. Un pacto que supone también, para las Administraciones, hablar de la presencia sindical y vecinal en las instituciones que tienen que ver con el transporte.
Señores del Consorcio y del Ayuntamiento de Madrid, los sindicatos de clase no vamos a colaborar con ustedes en desalojar a un sindicato, con el que no coincidimos en nada, de la empresa en que está implantado en base a unas elecciones sindicales sino fuese por ese mismo procedimiento. Ustedes tienen mucho que ver en el nacimiento, el crecimiento y la consolidación de esa mayoría sindical en la EMT.
Unas líneas para el señor Alvarez del Manzano. Flexibilice su postura en los despidos y renueve los contratos de trabajo a todos los compañeros eventuales a los que en estos días se les ha rescindido. Eso facilitaría la desconvocatoria de la huelga una negociación colectiva sin sobresaltos.
Y, finalmente, a Pablo, a la plataforma sindical. Ese llamamiento que desde EL PAÍS (28 de febrero de 1992) diriges a la izquierda transformadora indica que estáis empezando a entender. De cualquier forma, una parte importante de la izquierda transformadora no está tan lejos como para que la tengas que escribir cartas, está muy cerca, geográficamente, de ti; está en tu propia empresa: son CC 00 y UGT, sus respectivas secciones sindicales en la EMT.
Las CC 00 de la EMT, si hubiesen podido pronunciarse libremente en esos mítines que tú llamas asambleas, habrían expuesto sus posiciones:
—No aceptamos despidos por motivos sindicales.
-Inmediata renovación de los contratos de los trabajadores eventuales a lo que se ha denegado la recontratación.
—La única representación legítima de los trabajadores de la EMT, tanto para la negociación del convenio como para dar salida a la situación en que se encuentra la plantilla, es su comité, democráticamente elegido en las pasadas elecciones. Esto es y será así mientras los trabajadores no digan lo contrario a través de las urnas.
—En base a lo anterior, Inmediata desconvocatoria de la huelga.
Juan Antonio Olmos Mata es secretario general del Sindicato de Transportes, Comunicaciones y Mar de CC 00 de Madrid.
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