Rusia para los pies a los tártaros en un intento de sofocar la espiral independentista

La espiral independentista que separó a las repúblicas que integraban la antigua Unión Soviética ha empezado a hacer de las suyas en la Federación Rusa, que preside Borís Yeltsin. Tatarstán, con cuatro millones de habitantes y una de las 16 repúblicas autónomas enclavadas en territorio ruso, ha convocado para el próximo día 21 un referéndum con la nada oculta intención de proclamar su independencia. El Parlamento ruso tomó ayer cartas en el asunto y exigió al Tribunal Constitucional que declare ilegal la consulta, la ley de referéndum aprobada por el Sóviet Supremo tártaro, las enmiendas constitucionales introducidas el año pasado y la declaración de soberanía que establece la primacia de las leyes tártáras sobre las rusasLa decisión del Parlamento ruso recuerda, por su lenguaje y por los argumentos esgrimidos, los desesperados e inútiles intentos del desaparecido Sóviet Supremo soviético por frenar el incansable goteo de declaraciones de independencia puesto en marcha por las repúblicas bálticas.Una de las más peligrosas consecuencias de la desintegración de la URSS, y que ahora se recrudece con los separatismos en territorio ruso, es el tráfico ilegal de armas a lo largo y ancho del antiguo imperio soviético. Allá donde estalle la violencia, y son numerosos los puntos en los que la sangre corre a diario, las armas fluyen con una facilidad pasmosa. Las propias unidades militares son en muchos casos las suministradoras clandestinas de armamento. Páginas 3 a 5