La humillación de Levy

Las elecciones internas en el seno del Likud han humillado al ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy. Los 3.000 miembros del comité central votaron a sus candidatos a diputados por orden de preferencia, y los halcones Moshe Arens y Ariel Sharon superaron a Levy.

Los hombres de Levy han sido sistemáticamente eliminados por la alianza entre los fieles al primer ministro, lsaac Shamir, y sus ministros de Defensa y Vivienda, Arens y Sharon, respectivamente.Apenas 25 votos distanciaron a Levy de Arens, y sólo cinco de Sharon. Su reputación de moderado ha jugado en contra de Levy.

Frente a la intransigencia de Sharon o Shamir, el carácter flexible del ministro de Exteriores supone un fenómeno nuevo que genera temor en el Likud.

Un desengaño similar, que ilustra la actual situación en el seno del partido conservador, fue el que sufrió el ministro de justicia, Dan Meridor, quien no ha conseguido situarse entre los 20 primeros candidatos a causa de su sospechoso interés por los derechos humanos.

Se cree que Levy es lo bastante astuto como para impedir una ruptura en el Likud antes de las elecciones del 23 de junio, pero después del escrutinio todas las opciones estarán abiertas.

Si el Likud gana los comicios y Shamir no cumple su promesa de mantener a Levy como ministro de Asuntos Exteriores, éste podría formar un nuevo partido. Si el triunfo es para los laboristas, no se excluye una coalición entre su candidato, lsaac Rabin, y Levy.

"El Likud ya no es nuestro partido", gritaba un partidario de David Levy durante las recientes votaciones en el comité central. Mientras unos exigían "un nuevo partido", otros coreaban "¡Rabin ¡Rabin!". Levy pidió calma a sus leales, pero subrayó: "Nosotros constituimos el Likud".