De Murcia a Tokio

Son todos los que están, aunque no están todos los que son. Siete de las 17 comunidades autónomas tienen sede de representación en Madrid, si bien ninguna alcanza el nivel de la nueva Casa de Galicia, que ha costado 2.000 millones de pesetas. Las embajadas autonómicas se despliegan también por el extranjero. Bruselas es la ciudad con mayor presencia, pero ésta llega a países como Japón (Murcia, Valencia, Cataluña y Andalucía) o Ghana (Canarias). La novedad es la apertura de oficinas en Europa del Este.

Algunos miran de reojo a los gallegos y responden con rapidez: "Nuestra delegación es más austera. Nada, un pisito de alquiler". La recién inaugurada Casa de Galicia -más de diez trabajadores- ha dejado muy por detrás a las otras seis embajadas de las comunidades autónomas en Madrid: Aragón, Cantabria, Andalucía, La Rioja, Asturias y Cataluña.Su nivel y sus funciones son distintas, aunque predomina la promoción de la comunidad y el apoyo a los altos cargos que viajan a la capital de España. Catalanes, aragoneses y gallegos tienen un delegado al frente de sus representaciones. "Yo hago un trabajo de estar ahí. Trato con todo lo que está en Madrid no por centralismo, sino por centralidad; desde las relaciones con empresas públicas hasta con representaciones diplomáticas", explica el delegado de la Generalitat de Cataluña, Francesc Sanuy, decano de los embajadores autonómicos.

La oficina catalana, cuyo coste anual Sanuy calcula en unos 130 millones, cubre desde el apoyo a los miembros del Gobierno autónomo -despacho y coche con chófer-, hasta la organización de actos culturales. "Trabajamos con austeridad y con agilidad", afirma Sanuy.

"Nosotros no vamos a rehabilitar ningún palacio", bromean en el Gobierno aragonés. Su presupuesto para la delegación madrileña es mucho más bajo: 37,5 millones para potenciar la imagen de la comunidad y prestar apoyo a personalidades y corporaciones regionales. Comunidades como Cantabria, Asturias y La Rioja han encontrado apoyo en sus casas regionales para abrir las oficinas. Los cántabros aseguran que les sale gratis, aunque ayudan económicamente a sus centros regionales. Los riojanos confiesan un gasto de 20 millones anuales. Los andaluces, que también disponen de oficina en Barcelona, comparten local con las oficinas de la Expo 92 en Madrid. País Vasco, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, Canarias y Navarra no disponen de representación en Madrid. Murcia la tuvo y la cerró. Sin embargo, la Comunidad Valenciana proyecta abrirla.

En el extranjero

Bruselas, la capital comunitaria cuajada de información, ayudas y grupos de influencia, es uno de los objetivos prioritarios. Allí están representados, generalmente a través de organismos dedicados a la promoción comercial o en colaboración con empresarios regionales, Cataluña, Galicia, Canarias, Castilla y León, Andalucía, País Vasco, Comunidad Valenciana y Murcia. La Comunidad de Madrid estudia su presencia en Bruselas.Cataluña es la comunidad con mayor representación exterior: 26 oficinas comerciales para captar negocios y abrir mercados. El consorcio de la Generalitat con entidades privadas destina 461 millones de pesetas a esta red. Promociones Exteriores de Canarias (Proexca), tiene oficinas en Ghana, Miami (EE UU) y Bruselas. El Instituto de Fomento Andaluz (IFA) tiene despachos en Bruselas y Tokio. Promoción de la Comunidad Valenciana (Procova) está, entre otras ciudades, en Tokio, Los Ángeles (EE UU), y Varsovia. En la capital polaca piensan implantarse también los murcianos que, por un acuerdo con el Banco Exterior, disponen de oficinas en Nueva York y Tokio.