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Renfe tuvo un déficit de gestión de 53.000 millones, además de recibir una subvencion de 195.436 millones

., El resultado de gestión de Renfe arrojó el pasado año - un saldo negativo de 53.761 millones de pesetas. La cifra, dada a conocer ayer al Consejo de Administración, supera 3,5 veces la registrada en 1990 (16.245 millones), y se debe, según nota oficial de la compañía, a diferentes causas, como la competencia de la carretera, los conflictos y las amenazas terroristas. Renfe ha aplicado, por vez primera, mecanismos contables similares a los de otros ferrocarriles, de acuerdo con la última directiva de la CE, contabilizando como ingresos los 195.436 millones recibidos por distintas subvenciones.

Por tanto, si al déficit de explotación se añaden las subvenciones públicas (18.650 millones a trenes regionales; 17.109 a trenes de cercanías; 79.294 millones por infraestructuras y 80.383 por "otras subvenciones") el resultado negativo total se situaría en 249.197 millones de pesetas. 55.340 millonesmás que en el ejercicio anterior.El nuevo sistema contable, en sintonía con la última directiva de la Comunidad Europea, incluye en la partida de ingresos tanto los productos procedentes del tráfico como las compensaciones del Estado denominadas de "obligación de servicio público", mientras que en la partida de gastos se incluyen tanto los que proceden de la explotación como las amortizaciones y los gastos financieros.

Tal sistema contable es el que permite a la red de ferrocarriles franceses (SNCF), por ejemplo, cifrar su déficit en unos 13.000 millones de pesetas en 1991 tras tres años de beneficios continuados. La SNFC, como ahora la compañía española, incluye como ingresos aportaciones estatales que en 1990 alcanzaron la cifra de 405.000 millones de pesetas (ver cuadro).

Por unidades de gestión destacan las pérdidas en mercancías de 23.697 millones de pesetas y de largo recorrido con 11.402 millones. En los resultados negativos se incluyen 5.375 millones de "resultados y gastos extraordinarios". La mayor parte de dicha cantidad corresponde a la operación inmobiliaria llevada a cabo en la estación de Sants en Barcelona por la que la compañía debería haber ingresado alrededor de 4.500 millones de pesetas en 1990 y por la que sólo ha percibido, hasta la fecha, alrededor de 50 millones. En 1990, esta partida de 4.500 millones fue contabilizada como ingreso pero no fue cobrada efectivamente, por lo que ha habido que deducirla en 1991.

Aumento en cercanías

De las cuentas de Renfe en 1991 destacan el crecimiento en el tráfico de cercanías, con un incremento del 24%, hasta 279,5 millones de viajeros; la pérdida de mercado en el transporte de mercancías y la confirmación de que determinados servicios, como los regionales, pierden terreno día a día frente a la competencia de la carretera.Dentro del capítulo de ingresos, la mayor partida (118.921 millones de pesetas) correspondió a la generada por el tráfico de viajeros. Los ingresos por este concepto, pese a una caída del 4,9% en el número de pasajeros de largo recorrido y del 4,1 % en los regionales, aumentaron el pasado año un 5,3%. La aparente contradicción entre menos pasajeros y más ingresos se explica por el espectacular aumento de tráfico registrado en el tráfico de cercanías y por los incrementos de tarifas.

El apartado de mercancías, sin embargo, no ha tenido la misma evolución. En total Renfe ingresó por este concepto 56.971 millones de pesetas, un 3,9% menos que en 1990. El Plan de Empresa que en estos momentos elabora la compañía trata, precisamente, de reforzar una actividad en la que, según afirma la dirección "no hay disculpa para perder dinero".

Dentro del capítulo de gastos destacan también los incrementos registrados en el apartado de personal. El incremento salarial medio alcanzó en Renfe en 1991 un 8,6% y situó la masa salarial en 176.752 millones. Por lo que se refiere a los gastos en energía, éstos crecieron un 11,6% (hasta los 28.000 millones) debido, sobre todo, al mayortráfico de cercanías.

En materiales y servicios, la compañía empleó 49.024 millones, un 10,7% más que en 1990, mientras que en amortizaciones e intereses, Renfe gastó más de 118.000 millones de pesetas (49.024 millones de amortizaciones y 69.087 de intereses), con incrementos del 19,6% y del 11,5% respectivamente.

La compañía ferroviaria, que achaca parte de los malos resultados a los conflictos, sufrió el pasado año 35 huelgas. En total, el número de horas de trabajo perdidas superó el medio millón.

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