El PP niega que afronte las elecciones catalanas como unas primarias
El vicesecretario de acción electoral del PP, Javier Arenas, se desvinculó ayer explícitamente de la idea de que su partido se plantea las elecciones autonómicas catalanas como unas primarias de las legislativas previstas para 1993, mientras que el presidente del partido, José María Aznar, acusaba al Gobierno de ser incapaz de resolver problemas.Arenas y Aznar realizaron estas declaraciones en la clausura de la reunión de la Unión Interparlamentaria Popular, el órgano de coordinación de todos los parlamentarios del PP, que ayer se reunió en, Barcelona como muestra de apoyo al candidato del PP a la presidencia de la Generalitat, Aleix Vidal-Quadras.
Arenas quiso dejar claro que el interés de su partido ante la próxima convocatoria electoral es autonómico y que no acude a estos comicios "pensando en Madrid, sino en Cataluña".
"Hay que acabar con la idea de que al PP sólo le interesan las generales y que las elecciones autonómicas son sólo cosa de los nacionalistas", dijo Arenas. "Estas elecciones no serán unas primarias. Y decirlo sería faltar al respeto al pueblo catalán".
El vicesecretario de acción electoral no dio durante su intervención ningún dato sobre las posibilidades que las encuestas dan al PP. Sí lo hizo, pero referidas al conjunto de España, el secretario general del partido, Francisco Álvarez Cascos. Dijo que encuestas que calificó de solventes, aunque no identificó, señalan una diferencia de siete puntos en la intención de voto socialista y popular. Los resultados electorales de 1989, agregó Álvarez Cascos, dieron una diferencia de 14 puntos favorable al PSOE. El secretario general del PP atribuyó número de votos a los porcentajes para llegar a la conclusión de que "con 600.000 votos más, el PP puede gobernar en minoría".
Vidal-Quadras intervino también en el acto. El candidato a la presidencia de la Generalitat resaltó que el proyecto del PP es "un gran proyecto para España, un proyecto que representa la solución a los problemas de un país que se debate entre el federalismo jacobino y uniformizador de los socialistas y los nacionalismos disgregadores y destructores de la realidad española".
"España no va bien"
Cerró el acto el presidente del partido, José María Aznar, con duras críticas al Gobierno socialista. Aznar dijo que el socialismo atraviesa la peor crisis desde 1982 y que se está cerrando su ciclo. "España no va bien", afirmó. Señaló dos causas -"un presidente ausente, que no preside, y un Gobierno débil y enfrentado que ha perdido toda capacidad para resolver problemas"- y un efecto -"la inestabilidad, la crisis permanente"-.
Aznar se refirió al contencioso sobre la renovación de miembros del Tribunal Constitucional. Acusó a los socialistas de "romper las reglas del juego y mantener una concepción patrimonial de las instituciones", y denunció la "falta de ética" de su actuación política.
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