Música apasionada
José Soto y Raimundo AmadorJosé Soto (cante, guitarra), Raimundo Amador (guitarra). 300 personas. Precio: 2.000 pesetas. Chenel. Madrid, 19 de febrero.
Fue el tumulto. Creo que nunca he visto a tanta gente metida en tan reducido espacio. Los jóvenes, decididamente, están por esta música flamenca -más o menos- impregnada de otra cosa, sonidos nuevos, de ahora mismo. La presentación de José Soto y Raimundo Amador no se la perdió ni Pedro Almodóvar, que acudió a la cita con Bibi Andersen y Rossy de Palma. En el escenario, música viva, con garra, con capacidad para hacer vibrar a los que se entregan a esa pasión de una vez, en cuerpo y alma.
Ralmundo Amador y José Soto son dos músicos formidables, tienen en todos los mecanismos de sus cuerpos un caudal inagotable de sonidos cuya génesis probablemente ni ellos mismos sabrían explicar muy bien. Y, puestos a dárselo a los demás, lo hacen torrencialmente, avasalladoramente. Se establece, entre ellos y sus audiencias, una complicidad absoluta, sin reservas, radical.
Pero les quedan las raíces, el manantial primero, el flamenco. Y, cuando se sientan los dos con sus guitarras a hacer música jonda, la hacen con verdad. El acompañamiento de Amador a la soleá que cantó Soto fue tremendamente flamenco, hondo, auténtico. Y José, canta estás cosas con propiedad, aunque su voz esté ya hecha al deje de las cosas más modernas y evidencie ausencia de jondura. En el toque por bulerías son dos auténticos diablos.
Después, cuando se fueron a los cables e introdujeron el acompañamiento de bajo y percusión, el delirio se hizo dueño y señor. Aunque hubiera pequeños despistes, por falta, seguramente, de rodaje juntos, el estrado se convirtió en un hervidero de sensaciones musicales arrolladoras. No actuaron más de tres cuartos de hora, pero fueron unos minutos de una intensidad increíble. La obra de dos grandes músicos en definitiva, de dos grandes comunicadores también. No dejan espacio para la indiferencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.