Blanca Fernández Ochoa afronta sus 48 horas más decisivas

La espera terminó y Blanca Fernández Ochoa empezará hoy sus 48 horas de la verdad, en busca de la gloria o de la decepción. El eslalon gigante que se disputa en Meribel (a las diez de la mañana, la primera manga, y a las dos de la tarde, la segunda) será su primera prueba de fuego. No tiene apenas opción, porque su gran día será mañana en el eslalon, pero sí se podrá comprobar si su forma permite albergar las últimas esperanzas.

"Está muy bien, superanimada" dice su marido, entrenador y director técnico de los equipos nacionales, Daniele Fioretto. "Puede ocurrir de todo. Sería bueno quedar entre las 10 primeras, pero puede haber hasta sorpresa" Blanca ya dijo que en el gigante no tiene nada que perder y saldrá sin presión alguna. "Me encuentro bien y a punto. No hay novedad".Blanca ha sido esta temporada cuarta en el gigante de Oberstaufen (Alemania), ya en enero, lo que fue una agradable sorpresa. En una especialidad más exigente físicamente que el eslalon, la esquiadora de Cercedilla ya es veterana y, sobre todo, pagó muy caro la lesión de hombro que sufrió hace dos años. Mientras en los Juegos de Calgary su prueba era el gigante, ahora ya no. Aunque no le gustara tanto por ser una modalidad más agresiva, ha tenido que reconvertirse al eslalon casi por obligación.

Ha estado entrenándose en la estación italiana de Sestrieres, precisamente en la pista reservada para Alberto Tomba. Fioretto comenta que se ha mostrado muy bien en los entrenamientos. "Está bien en el gigante y aunque puede pasar de todo también entra la sorpresa. Lo importante es que tenga buenas sensaciones como en los entrenamiento?.

La pista, además, favorece a Blanca, pues es dificil, con bastante pendiente. Sólo falta que el marcaje de las puertas no sea muy rápido para que el escenario sea el más adecuado. El tiempo parece que va a favorecer también, y la nieve seguramente será dura, como ayer en el supergigante. A Blanca le gusta este piso compacto y que haga sol. Blanca no saldrá entre las quince primeras, ya que su dorsal es el 17.

Las grandes favoritas hoy son Deborah Compagnoni (dorsal 14), después de su espléndida exhibición en el supergigante de ayer; la francesa Carole Merle (3), segunda, y también gran especialista de gigante; la completa austriaca Petra Kronberger (4) y, por fin, en la increible penuria suiza, su última gran esperanza, Schrteider (10). Pero tampoco hay que descartar sorpresas, incluida Blanca, como la noruega Merete FjeldavIi, que está en gran forma como todos los esquiadores de su país. ,Ayer se salió en la mitad del supergigante, pero había hecho el primer mejor tiempo desde Ia salida.

La miseria española

En el habitual rosario de miserias español, Ainhoa Ibarra fue la 291 en el supergigante y Emma Bosch la 351. En el gigante masculino, Vicente Tomás el 27% Javier Ubeira el 3 11 y Ricardo Campo el 32,. Jordi Pujol no terminó siquiera la segunda manga. Al menos no hicieron el ridículo de marroquíes, libaneses y costarricenses, que llegaron a doblarse mutuamente.

En las restantes finales del día la sorpresa corrió a cargo de Japón, que tras un magnífico primer puesto en el salto de trampolín de 90 metros el día anterior, resistió en los relevos de 3 x 10 kilómetros de esquí de fondo y ganó ante Noruega, Austria y Francia (gran vencedora individual y decepción ayer), la combinada nórdica por equipos. Noruega, que hizo una exhibición en la prueba de fondo, confirmó su superioridad en esta modalidad, pues venció también en la prueba nórdica de los 4 x 10 kilómetros. Su relevista estrella, Vegard Ulvang, sumó así su tercera medalla de oro (como la rusa Lytibov Egorova en mujeres), tras las dos individuales, y Bjorn Daehlle la segunda. España terminó en el puesto 140 de 16 participantes.