Ni utópicos ni tópicos

Apáticos, acomodaticios, nada rebeldes, conservadores, pragmáticos, individualistas, insolidarios, poco inquietos por la cultura. Son todos adjetivos lanzados con insistencia desde organismos oficiales, medios de comunicación, estadísticas, y la generación que se sitúa en torno a los 40 años, para definir a los jóvenes españoles de ahora. ¿Son así realmente? Y, en este caso, ¿por qué? ¿Son tópicos? "No hay ítacas ni utopías ni referentes, los jóvenes se fijan en problemas concretos, como la mili" "Están muy interesados por la música -no sólo escucharla, también hacerla-, por el cine, la ecología y la cooperación internacional. Sus tres grandes preocupaciones son el empleo, la vivienda y la drogodependencia".

Son respuestas de personas que en ningún caso superan los 32 años y están directamente vinculadas a los jóvenes durante la última década: "Vivimos en una sociedad y un tiempo en los que ya no hay utopías ni ítacas ni grandes referentes; entonces, los jóvenes han de fijarse en problemas concretos a los que puedan dar respuestas concretas. El no a la mili, por ejemplo". Xavier Ríus, de 32 años, profesor y experto en asuntos de objeción, reconoce que el sentido práctico cada vez está más acentuado en los jóvenes.En los últimos años, un 15% de los varones en edad de cumplir la mili se declara objetor. Según una encuesta de 1990 del Ministerio de Defensa, el 48% de los jóvenes de entre 16 y 24 años es partidario de un Ejército totalmente profesional, y sólo un 15% es partidario del reclutamiento forzoso.

"También es verdad", sigue explicando Ríus, "que la media de los cuadros dirigentes en partidos y sindicatos se sitúa ahora en torno a los 26 años; cuando en los años 1977 y 1978 los líderes de izquierda tenían medias de edad en torno a los 20".

"Al principio, desde lo que se llamaban radios libres, pretendíamos ser portadores de grandes ideas", recuerda Montse Moreno, de 32 años, subdirectora de Onda Verde, un hito en la historia de las emisoras jóvenes comunitarias. "Con el tiempo hemos visto que lo que tenemos que hacer es dar paso a la gente joven, que necesita, quiere y sabe expresarse. En nuestra programación participan ahora 80 grupos de jóvenes, de entre 15 y 30 años, que dejan ver que están muy interesados por la música -no sólo escucharla, también hacerla- por el cine, la ecología y la cooperación internacional. Eso, aparte de lo que son sus tres grandes preocupaciones: el empleo, la vivienda y la drogodependencia".

El sector más movilizado

"Yo retaría a cualquiera a que diga qué sector es el que más se ha movilizado en el último año, en la guerra del Golfo o en las huelgas de Asturias. Que vayan a las cuencas mineras y le pregunten a los obreros si la juventud ha estado o no con ellos". Quien reta es Juan Ignacio Ramos, de 27 años, miembro de la comisión ejecutiva del Sindicato de Estudiantes (50.000 carnés) e histórico del movimiento estudiantil y de izquierdas desde los 13 años. "¿Qué autoridad tienen para mí esas afirmaciones tópicas si quienes las dicen son políticos que no bajan a los barrios y a los institutos, sino que prefieren subvencionar la posmodernidad?".

"Por las demandas de servicios que recibimos, no hay apatía en cuanto a actividad individual, aunque sí en cuanto a una acción social más o menos altruista". Arturo Gonzalo Aizpiri, de 28 años, director general de Juventud de la Comunidad de Madrid desde hace cuatro meses, pronto ha sacado sus conclusiones: "Respecto a las asociaciones, el gran problema es que nadie les ha enseñado a gestionarse. Yo me he dado cuenta de que los jóvenes tienen ganas de hacer cosas, pero hay que echarles una mano no sólo con dinero, sino enseñándoles a gestionar".

Magdy Martínez Solimán, de 30 años, director general de Juventud, afirma: "Son jóvenes consumistas, muy influenciados por una publicidad, la que se hace en nuestro país, tan conservadora como brillante. Pero ahora mismo no creo que estén más obsesionados por las marcas que lo que están sus padres. ¿Que no se asocian? Mire, aquí en España no se asocia casi nadie. Seamos realistas, los estudios dicen que se asocian más que sus padres, y que hay más participación de jóvenes en sindicatos de estudiantes que de padres en el instituto ha subido de 25 a 30 Asociaciones de Padres de Alumnos".

"¿Que son más conservadores? Pues tampoco lo creo", prosigue el director general de la Juventud. "Cada vez se muestran más contrarios a la pena de muerte, menos tolerantes con la corrupción política y más partidarios de convivir en pareja antes de casarse".

Conflicto generacional

"Es cierto que ha desaparecido el conflicto generacional de los años setenta, pero eso no quiere decir que sean más conservadores, sino que la presión para completar una formación profesional cada vez más competitiva y los problemas después para conseguir una vivienda llevan a retrasar cada vez más lo que entendemos por joven. De hecho años la edad de lo que se considera es un joven", añade Martínez Solimán.

El 56 por ciento de los madrileños de 16 a 19 años, aunque vive con sus padres, puede pasar la noche fuera de casa, según datos del Ayuntamiento de Madrid. El 72% de los jóvenes españoles, según el Instituto de la Juventud, está a favor de la despenalización de la eutanasia. Mientras que en 1979 un 26 por ciento iba a misa todos los domingos y fiestas de guardar, a finales de los años ochenta no llegaba al 6 por ciento los que santificaban las fiestas.

Según estudios del Instituto de la Juventud, en 1968 casi un 50 por ciento de los jóvenes no mostraba ningún interés por la política y un 4 por ciento mostraba mucho interés; en 1988, los porcentajes eran de un 42% y un 4,8%, respectivamente.