Beenhakker quiere obreros y no estrellas
Leo Beenhakker introdujo ayer una nueva modalidad de sesión preparatoria, el "entrenamiento mental" como así calificó a la jornada del lunes. Consistió en reunir a los jugadores durante casi hora y media para hablar de los problemas del equipo y enviarles luego al césped para que efectuaran algunos movimientos, que en el caso de Butragueño se limitaron a una sesión de yoga. Beenhakker sorprendió luego con sus declaraciones: "El equipo necesita obreros y no estrellas", dijo. "Los jugadores han de mentalizarse para hacer el trabajo feo". El espectáculo quedó en un segundo plano.
Leo Beenhakker fue ayer mucho más lejos en sus críticas al Madrid. El técnico holandés, nada más hacerse cargo del banquillo madridista, se había quejado de que a los madridistas les faltaba concentración y tranquilidad en los momentos decisivos. Ayer aumentó el grado de sus alusiones y demandó más sacrificio a la hora de hacer el trabajo duro, "sin el que no llegan los buenos resultados". "Todos tienen que mentalizarse a que alguien tiene que hacer el trabajo feo", dijo. "Ha pasado ya la época en que un partido se resolvía haciendo una cosa bonita. Ahora la base del fútbol es correr y ganar balones. Primero hay que ganar el balón en el uno contra uno en cualquier lugar del campo. Luego viene el trabajo extra. Para eso están Van Basten, Mathëus, Klinsman o Butragueño". Y para que no quedara duda de que toda la plantilla debe estar mentalizada para esta labor, el técnico holandés recalcó: "Todo el mundo tiene que hacer el trabajo feo. Cuando hay que hacer ese trabajo no hacen falta estrellas, sino obreros. Así se lo he explicado hoy a ellos".En esa falta de sacrificio para realizar el trabajo feo justifica Beenhakker la derrota que el Madrid sufrió el domingo en Valladolid. "El equipo no fue capaz de hacer el trabajo feo mejor que el rival. Esa fue nuestra mayor equivocación". Cuando se le preguntó por los cambios de alineaciones en sus tres primeros partidos, volvió al mismo argumento. "Esos detalles no son la solución cuando el equipo no funciona. Qué más da que Michel esté en el centro o a la derecha, que Villarroya juegue a la izquierda o a la derecha, cuando no somos capaces de pasar el balón de forma adecuada".
El entrenador del Real Madrid también cree que sus jugadores deben trabajar para saber soportar la presión que sufren. "Hay que saber vivir con esta presión. Es la consecuencia de vivir en un club tan grande. En unos equipos se quiere ganar. Aquí se debe ganar".
Beenhakker niega que la presión que ejerce el Barcelona haya hecho mella en la plantilla. "El problema es el propio equipo, que no está preparado para esta presión. Yo sé, por ejemplo, que el Bernabéu pesa mucho. Pero qué quieren, ¿jugar delante de 1.500 espectadores?". No descartó, incluso, la posibilidad de que el Real Madrid cuente en el futuro con un psicólogo, aunque puntualizó: "No creo que lo necesitemos ahora. Ya sé que es algo que está de moda. Creo que el entrenador es el que debe estar capacitado para hacer esta labor, aunque quizá habría que estudiar esta posibilidad, pero en casos concretos y para algunos jugadores".
Leo Beenhakker insistió ayer en varias ocasiones en que no se puede jugar un partido pensando en otro equipo, aunque señaló: "Esta presión,,los dos puntos que tan sólo nos separan del Barcelona, pueden ser positiva ya que puede hacer reaccionar al equipo. Es la hora de buscar soluciones. Todo tiene solución, pero no hay que perder ya más tiempo".
Reacción de la plantilla
La plantilla del Real Madrid, EL PAÍS tras la conversación, que fue calificada por algunos jugadores como "tensa", practicó una leve sesión de entrenamiento de alrededor de 60 minutos. Los ejercicios consistieron en carreras y estiramientos. Todo ello fue planeado por los técnicos en un intento de que el equipo se relajara. Tanto es así que hasta Butragueño efectuó algunos ejercicios de yoga en el propio césped.
Los jugadores, tras la charla con Beenhaker, fueron muy prudentes a la hora de hacer declaraciones, y reiteraron que lo que se habla en el vestuario no debe trascender. Sanchís recordó que el equipo no es el mismo de hace cinco anos y Butragueño se mostró preocupado por la presión exterior. "El equipo no tiene que verse influido por el nerviosismo de la calle. Todo sigue dependiendo de nosotros. No es lo que gana el Barcelona lo que importa, sino lo que deja de ganar el Madrid".
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