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"No hay que obsesionarse"

En el Valencia se respira, en efecto, un ambiente de euforia, pero acompañado de una especie de acuerdo tácito para no hablar abiertamente de la posibilidad de lograr el título liguero, algo que no consigue desde la temporada 1970-1971, con Alfredo di Stéfano de entrenador. Da la impresión de que los jugadores tienen miedo a comentar en voz alta que son candidatos al triunfo final. Es como si no quisieran romper el encanto de ir escalando posiciones sin ser considerados una alternativa válida al Real Madrid y el Barcelona.

Por ejemplo, el defensa internacional Quique, considerado como uno de los jugadores más inteligentes de la plantilla, resume con sus declaraciones el sentir de la ciudad: "Podemos ganar el campeonato siempre y cuando no nos obsesionemos con la idea. Si nos obsesionamos con ella, la presión puede ser excesiva para nosotros. Ahora mismo, somos un conjunto respetado y con un nivel superior al de muchos otros. Pero debemos ir poco a poco".

Por añadidura, la buena marcha contribuje a que los ingresos económicos se disparen. En la próxima jornada, sin ir más lejos, la presencia del Albacete, también de moda, en el estadio Casanova podría suponer una recaudación superior a la del día del Madrid: 41 millones de pesetas.

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