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Polémica en Italia por la emisión de una ejecución

La muerte de una persona es algo demasiado íntimo como para convertirla en espectáculo televisivo, y difícilmente una campaña contra la pena de muerte puede justificar la retransmisión de un ajusticiamiento. Ésta parece ser la conclusión básica de la polémica suscitada en Italia por la programación en Telemontecarlo de los últimos momentos de un condenado a la silla eléctrica en una prisión de Estados Unidos.

Pero los responsables de la retransmisión desoyeron el argumento y procedieron con ella a una hora punta, las 20.30 de ayer. Su iniciativa tuvo el aval de Amnistía Internacional (AI), una organización de prestigio, pero el debate sigue abierto. La filmación, facilitada por la propia AI, recogía escenas de la última cena del condenado, primeros planos de sus ojos extraviados ante la telecámara, cuando él se encuentra ya atado a la silla, y, finalmente, hasta tres sacudidas de su cuerpo, que queda inerte en medio de una leve nube de humo.Antonio Marchesi, presidente de la sección italiana de AI, razona que "las secuencias son duras, pero su exhibición se justifica porque en Italia hoy se habla de pena de muerte sin saber lo que es". Es cierto que hay una cierta campaña en favor de la pena de muerte para algunos delitos de la Mafia, pero tal vez su importancia no justifique este argumento preventivo. Así lo piensa el comentarista Furio Colombo, que quizá haya dado el argumento más sólido entre los críticos: "Si la retransmisión se realizara en Estados Unidos, donde hay pena de muerte, no me opondría a ello porque tendría efectos disuasivos. Pero en Italia la pena de muerte no es un problema político, y esas imágenes se convierten en el espectáculo por el espectáculo", ha dicho.

Telemontecarlo es una cadena caracterizada por el puro entretenimiento. La proyección de la ejecución se realizó en uno de esos programas de debate.

Sergio Trasatti, católico y presidente del Instituto del Espectáculo, trató de lograr que el equivalente italiano al Defensor del Pueblo impidiera la retransmisión, pero no tuvo éxito. Se da la circunstancia de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos prohibió hace un año que una cadena de San Francisco ofreciera al público una ejecución en directo.

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