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Los laboristas y el Likud pactan el adelanto de las elecciones en Israel

El Partido Laborista israelí (en la oposición) llegó ayer a un acuerdo con el Likud (en el Gobierno) sobre la fecha del 23 de junio para la celebración de elecciones anticipadas, y se comprometió a no presentar ante el Parlamento ninguna moción de censura más contra el Gobierno de Isaac Shamir.Los dos grandes partidos israelíes han iniciado negociaciones para elevar el mínimo exigido para obtener representación parlamentaria, del 1,5% de los votos actual al 2,5%. Los laboristas pretenden de esta manera impedir la multiplicación de pequeñas formaciones políticas en la Knesset (Parlamento israelí), aunque el Likud teme provocar la cólera de los pequeños partidos religiosos.

Shamir piensa ya en la futura coalición que deberá formar con los partidos religiosos después del escrutinio del 23 de junio. La mayoría de las encuestas indican que las elecciones anticipadas no alterarán sustancialmente el panorama. en la Knesset. A excepción, tal vez, de un ligero avance de la derecha nacionalista en su conjunto (Likud más los ultranacionalistas). Los sondeos señalan, asimismo, que la mayor parte de jóvenes entre 18 y 20 años y una mayoría de los nuevos inmigrantes piensan votar derecha.

Ante estas previsiones, el Likud se dispone a someter dos proyectos de ley al Parlamento: uno que permitiría votar a los jóvenes israelíes que cumplirán 18 años el 23 de junio próximo, y otro que concedería el derecho de voto a los 200.000 nuevos inmigrantes llegados últimamente a Israel y que no figuran todavía en las listas electorales.

Dilema para Peres

Los laboristas difícilmente pueden oponerse a estos proyectos de ley sin perder puntos, ya que ello significaría admitir su temor al voto de los jóvenes y de los nuevos inmigrantes. El partido de Simon Peres se encuentra atrapado en un situación delicada, ya que, a pesar de sus reiteradas declaraciones a favor del adelanto de los comicios, la fecha prevista inicialmente -noviembre de 1992- le favorecería más. De aquí a noviembre las negociaciones árabe-israelíes se hallarán, probablemente, en un callejón sin salida, sobre todo tras el rechazo de Shamir a hacer ninguna concesión a cambio de paz.En noviembre será del todo evidente a los ojos de la mayoría de los israelíes que la ideología del Likud es el mayor obstáculo para conseguir una paz de compromiso con los vecinos árabes de Israel. Shamir confía en seguir pedaleando sin avanzar hasta finales de junio. Esta actitud le permitirá presentarse ante los electores como el hombre que busca la paz, pero rechaza comprometer el interés nacional.

Las encuestas ofrecen, sin embargo, una salida a los laboristas. Con Isaac Rabin como cabeza de lista en vez de Simon Peres, el partido laborista superaría al Likud en un 8% de los votos. Con Peres al frente, el Likud ganaría con una diferencia calculada en el 5%.

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