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Los puntos de fricción

Santiago Segurola

La destitución de Radomir Antic ha tenido un largo preámbulo. Desde su llegada, Antic ha tomado una serie de decisiones que no han sido compartidas por la directiva y por los otros técnicos del club. Estos son algunos de los puntos de fricción.Milla. Antic tenía una opinión muy discreta de Milla. Desde el cuerpo técnico del Madrid se le pidió que colocara al ex barcelonista en el equipo para buscar un mayor equilibrio en el juego. El técnico consideraba que Milla era limitado y no aportaba verticalidad al ataque. Su inclusión en la alineación llegó de manera forzada en Bilbao (1-4), por la lesión de Prosinecki.

Los laterales. La escasa utilización de Lasa ha generado un fuerte debate en el Madrid. Antic nunca ha ocultado que Lasa no era un futbolista de su agrado. Mendoza apuntaba que Lasa era uno de los escasos jugadores españoles capaces de tener presencia en la banda izquierda. Desde este punto de vista, Lasa añadiría profundidad y claridad de llegada frente a Villarroya, laborioso pero desorganizado. Como lateral izquierdo, Lasa obligaría al traslado de Villarroya a la derecha, una posición más natural para él. La infrautilización de Lasa llegó a provocar la ira de Mendoza, que no comprendía su ausencia.

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La soledad del Buitre Durante 15 partidos -hasta la derrota frente al Atlético- el Madrid sólo jugó con un delantero puro: Butragueño. Luis Enrique desplegaba un trabajo de ayuda a Hierro y Villarroya en la zona izquierda. En la plantilla comenzaron a escucharse las voces contra el aislamiento de Butragueño. Mucho antes de que el asunto se convirtiera en un clamor, Prosinecki llegó a comentar que no entendía cómo un club con la historia y las pretensiones del Madrid podía jugar con tanto temor. Antic contestaba que la llegada de Hierro desde atrás añadía la potencia goleadora necesaria. Sin embargo, una vez superado el factor sorpresa ante los equipos rivales, Hierro cada vez encuentra más problemas para marcar. Desde el 8 de diciembre, frente al Español, no ha marcado en la Liga.

Hugo. Fue el primer divorcio. Antic no quería que renovara, pero Mendoza quiso mantenerle un año más.

Alfonso. La presencia solitaria de Butragueño en la delantera fue contestada como un descuido hacia Alfonso, el mejor futbolista joven del club. En algunos sectores, se ha llegado a temer que este año de escasa actividad suponga un retroceso en la carrera del delantero. Antic señalaba que Luis Enrique tenía un carácter más laborioso que Alfonso y le cubría mejor los apartados defensivos. Según el técnico yugoslavo, Alfonso no era complementario con Butragueño. Sin embargo, en el estado mayor del vestuario se le tiene a Alfonso como un especialista en el área a la manera de Hugo y, por lo tanto, un jugador ideal para jugar junto a Butragueño.

El juego. Antic siempre hizo hincapié en los resultados y nunca tuvo mucho sitio en su discurso para el buen juego. Para una afición muy sensible al espectáculo desde la aparición de la quinta del Buitre, la postura de Antic era un paso hacia atrás, más aún frente al espejo del Barça. Ante el Tenerife, la separación entre afición y equipo fue notoria. Mendoza escuchó las protestas como un adelanto de la tormenta que se avecinaba.

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