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Polémica en Italia sobre la despenalización de la blasfemia

Todo comenzó con un juicio intrascendente que se celebra en Milán y en el que el tribunal, a instancias de la defensa, elevó consulta al Constitucional sobre si la blasfemia es a un delito en Italia. Pero un periódico católico ha desencadenado una polémica nacional al anunciar una campaña para evitar cualquier desviación legal del "mandamiento recibido por Moisés en el Sinaí".

Además, el cardenal Silvio Oddi acaba de advertir que "se desencadenará una maldición divina" contra los "Gobiernos que no consideren la blasfemia un delito punible". La despenalización de la blasfemia en Italia tiene enjundia legal y pocas posibilidades de prosperar, en cualquier caso, ya que el Tribunal Constitucional la ha rechazado al menos dos veces en los últimos tres años.El artículo 724 del Código Penal italiano castiga con multa de 20.000 a 600.000 liras (de unas 1.600 a 50.000 pesetas) a quien públicamente blasfeme, con invectivas o palabras ultrajantes, contra la divinidad, o los símbolos, o las personas veneradas en la religión del Estado".

El tema fue jurídicamente indiscutible durante 55 años, hasta que un nuevo concordato, firma do en 1984 por el entonces primer ministro, el socialista Bettino.Craxi, y el cardenal Agostino, Casaroli, corrigió la relevancia que los pactos, firmados por Mussolini, otorgaban al catolicismo la condición de única religión de los italianos.

No obstante, en 1986, al pronunciarse sobre el caso de un cómico que había dejado escapar en televisión una palabrota que hizo saltar en sus sillas a los espíritus más devotos, el Tribunal Constitucional consideró que "aun no siendo la religión oficial del Estado, el catolicismo permanece como el culto más practicado por los italianos".

Otras religiones

El mismo tribunal retomó este argumento dos años. más tarde, Cuando incluso pidió al Parlamento que extendiera la penalización de la blasfemia contra los símbolos y deidades de otras religiones. ."En la historia de la humanidad, ninguna civilización ha tolerado el desprecio manifiesto hacia Dios como estamos haciendo nosotros. También en el mundo musulmán se sigue castigando a quien blasfema", ha dicho Luciano Lincetto, director de Il Carroccio, el periódico católico que combate a los malhablados.

El anciano cardenal Oddi, ex prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, ya jubilado, razona que "blasfemar es no respetar a Dios en modo alguno, y sólo por esto carece de justificación". Pero también una eminencia gris de los jesuitas como Bartolomeo Sorge ha entrado en la polémica con el argumento de que "un hecho de la gravedad penal y moral de la blasfemia no se presta a cavilaciones legales".

Intelectuales como el actor y dramaturgo Dario Fo, el escritor Fulvio Tomizza o el filósofo Massimo Cacciari han opinado, entretanto, que, aun siendo siempre un acto de mal gusto y claramente rechazable, resulta poco democrático mantener la blasfemia en el elenco de los delitos. En concreto, Dario Fo ha afirmado que "sólo quien cree puede arremeter contra su Dios" Y que es "un peligroso signo de considerar delito la blasfemia.

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