_
_
_
_

El año que comienza, peligrosamente

Las primeras horas de 1992 trajeron disturbios y violencia a muchos lugares del mundo

¡Feliz año nuevo! Los animados parroquianos de un bar de Bombay apuraron el contenido de sus vasos tras el brindis y poco después se desplomaron entre estertores. Al menos 71 personas han muerto tras consumir un licor que el dueño del establecimiento había adulterado con alcohol metílico para darle mayor graduación. Otros 15 desgraciados bebedores se encuentran en estado crítico, y la policía intenta desesperadamente localizar a las personas que compraron el alcohol en el bar y lo llevaron a casa para consumirlo con sus familias. El dueño del establecimiento ya ha sido arrestado. Beber más de la cuenta y tirar petardos y fuegos artificiales son formas universales de solicitar prosperidad al nuevo año. En Filipinas el estruendo de las tracas ha ido acompañado por el ruido de los disparos en una de las más sangrientas noches de Año Nuevo que se recuerdan: 11 muertos y 3.0001 heridos a causa de los petardos, los disparos y las reyertas callejeras. Un niño de 10 años murió al ser alcanzado en la espalda por un superabuelo, petardo gigante que se ha popularizado en estas fechas. Otro niño se quemó hasta morir en uno de los múltiples, incendios que asolaron lá noche de Manila.En Italia, la celebración del Año Nuevo se ha saldado con la muerte de un niño de 11 años y 1500 heridos. Las amenazas de la policia de detener a los lanzadores de tracas y petardos no han surtido efecto, y los italianos se han dedicado a esta peligrosa tradición un año más. En Napoles los disturbios fueron subiendo de tono durante la madrugada cuando los ciudadanos comenzaron a disparar y a tirar por la ventana sus muebles viejos para evitar el mal de ojo. La policía ha confiscado toneladas de explosivos en los últimos días, pero los napolitanos se las han arreglado para adquirir miles de petardo: de un kilo de peso conocido: como "pelotas de Maradona" La mafia napolitana, la siniestra Camorra, ha distribuido toda suerte de artilugios pirotécnicos fabricados clandestinamente o importados de forma ilegal. En Alemania, unos cuarenta jóvenes ultraderechistas intentaron asaltar de madrugada un refugio de inmigrantes en Soemmerda, una localidad de la antigua RDA. La policía libró una cruda batalla con los ultras durante tres horas, mientras éstos respondían con piedras y petardos. En Berlín hubo 22 detenidos en los disturbios callejeros y 16 policías resultaron heridos.

La policía londinense ha señalado que la celebración de este año ha sido más comedida que otras veces: sólo 150 detenidos por escándalo público u ostensible borrachera. Al amanecer, 4.000 personas se agolpaban en la puerta de los almacenes Harrods para aprovechar sus rebajas de Año Nuevo.

En Singapur el año empieza con una curiosa prohibición: elevadas multas y hasta penas de cárcel esperan a quienes importen chicle. Los turistas que lleguen a la isla tendrán que declarar si en su maleta llevan alguna pastilla de la hasta ahora inofensiva goma de mascar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_