Un arquitecto zaragozano, retenido durante un mes en Tailandia, acusado de cambiar dólares falsos

El arquitecto zaragozano Javier Unceta Morales, de 41 años, tenía previsto llegar esta mañana a Madrid después de haber estado retenido en Tailandia desde primeros de diciembre, tras haber sido arrestado cuando intentaba cambiar unos dólares falsos por bath (la moneda tailandesa). Encarcelado durante dos días en Chiang Mai (una ciudad próxima al triángulo de oro), quedó libre tras pagar una fianza de 300.000 pesetas. Pero las autoridades le retiraron el pasaporte y le han prohibieron salir del país hasta ayer.Javier Unceta y su esposa, Begoña, contrajeron recientemente matrimonio y decidieron ir de luna de miel a Singapur y a Tailandia, país al que llegaron el 27 de noviembre. El pasado día 2, la pareja se encontraba en Chiang Mai (una ciudad próxima a la frontera de Laos y Birmania). Posiblemente alguien le cogió los dólares que había dejado en depósito en la caja fuerte del hotel y en su lugar le dejó unos dólares falsos. Más tarde, Unceta decidió ir a una oficina oficial para canjear unos billetes americanos por moneda tailandesa y nada más hacerlo, cayó sobre él la policia, que le acusó de traficar con dinero falsificado. "Lo más increíble es que nada más detenerme aparecieron unos periodistas y me hicieron fotos y me grabaron en película de vídeo. Creo que he aparecido en los periódicos como si fuera un delincuente peligroso", decía Unceta desde Bangkok, el pasado 13, durante una comunicación telefónica con EL PAÍS. La noticia no fue hecha pública por deseo de la familia, que temía las acciones que pudieran tomar las autoridades de Tailandia. El arquitecto y su mujer estuvieron residiendo durante la retención en la casa de un diplomático español.

Tras ser detenido, Unceta fue trasladado a la prisión de Chiang Mai e introducido en una lóbrega celda que tenla "un sucio retrete y un montón de ratas y cucarachas", según recordaba con horror. "En aquellas condiciones infrahumanas", añade, "se me infectó una herida que tenía en un pie a causa de la rozadura del calzado". El arquitecto fue puesto en libertad el día 4 después de que su familia abonase una fianza de cerca de 300.000 pesetas.