Dirigentes de la Federación, partidarios de cerrar el Calderón
La Federación está recopilando toda la información posible para trasladársela al juez único del Comité de Competición, José Javier Forcén, quien mañana resolverá los incidentes originados en el partido Atlético-Sevilla (0-3), disputado el sábado, y en el que el árbitro, José Merino González, fue alcanzado en un labio por un vaso de plástico lleno de cerveza, lanzado desde las gradas.En la Federación consideran que existen incidencias suficientes que justifican la clausura del campo del Atlético. El próximo partido previsto es el Atlético-Real Madrid, el 4 de enero. Joan Gaspart, vicepresidente del Barcelona, ofreció ayer a Jesús Gil el estadio olímpico de Montjuïc o el Camp Nou como alternativas en el caso de confirmarse la clausura del Manzanares.
Los antecedentes del último año del equipo madrileño, los que se tienen en cuenta a la hora de decidir las sanciones, registran tres multas económicas, de 200.000 pesetas el 2 de junio de 1991, en su partido de Liga con el Madrid (0-3), de 50.000, tres semanas después en la Copa frente al Barcelona (2-3), y de 70.000 esta temporada, con el Tenerife, en la Liga.
Agravio comparativo
Dirigentes del Atlético, por su parte, consideran una injusticia el posible cierre del campo, según informa José Miguélez. "Me he empapado el reglamento", dijo Fernando Abad, el gerente del club, "y no hay motivos para la clausura. Un lanzamiento no es lo mismo que una agresión. Nos gastamos unas 500.000 pesetas por partido en seguridad. No podemos hacer más".
El gerente del Atlético estima que, de cerrarse el Calderón, se produciría un agravio comparativo muy grave con respecto a otros casos. "Un aficionado agredió a Hugo Sánchez en Mallorca, la pasada temporada, y no pasó nada. Y el domingo, en el Zaragoza-Real Madrid, se lanzaron cuarenta botes", indicó.
Fernando Abad está molesto por las declaraciones efectuadas por Merino González al término del encuentro, en las que afirmó que el golpe le dejó groggy durante cinco minutos. "El vaso, al estar lleno, se rasgó en el aire y le raspó el labio. Pero no se puede decir que le dejó groggy, porque yo vi como le atendían. ¡Todos nos hemos cortado alguna vez al afeitarnos!", explicó.
El Calderón ya fue clausurado en la temporada 1980-81, tras unos graves incidentes en partido ante el Zaragoza en el que los aficionados lanzaron objetos, derribaron las vallas de un lateral del campo e incluso saltaron al césped. El equipo jugó ante Osasuna en Albacete.
Forcén también tiene previsto acordar mañana la apertura de un expediente disciplinario a Jesús Gil, presidente del equipo madrileño, por sus acusaciones a Ramos Marcos, el árbitro del partido Athletic-Atletico (3-2). Gil remitió ayer una carta a la Liga Profesional, en la que pide su ayuda ante la Federación y el Comité de Árbitros.
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