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Cuevas amenaza con movilizar a los empresarios contra el nuevo impuesto de Actividades Económicas

"No me voy a sentir responsable de lo que pueda suceder". En este tono amenazante se pronunció ayer el presidente de la CEOE, José María Cuevas, tras una reunión con los dirigentes territoriales y sectoriales de la patronal, celebrada ayer en Madrid, para tratar sobre el nuevo Impuesto de Actividades Económicas. Cuevas amenazó con movilizaciones de todo tipo -"las manifestaciones de resistencia son democráticas y no hay por qué alarmarse"- y con una tormenta de recursos contra el nuevo impuesto local, en una campaña que recuerda a la que obligó al Gobierno a anular la revisión del catastro el pasado año.Sin llamar directamente a la desobediencia civil, Cuevas afirmó que "la inscripción en el censo del IAE no ofrece garantías a los contribuyentes". El plazo para darse de alta en este censo termina el próximo día 13 y Cuevas anunció que varias organizaciones empresariales están dispuestas a recurrir contra esta obligación, de forma individual o colectiva. Los empresarios han constituido una comisión permanente para coordinar sus decisiones al respecto y se pondrán en contacto con organizaciones de profesionales.

También se actuará en el caso de que los Ayuntamientos decidan dar de alta "de oficio" a empresarios y profesionales mediante los listados de la licencia fiscal, uno de los impuestos a los que sustituye el IAE. "Una decisión así iría contra la ley", según Cuevas. "La única explicación que encuentro", añadió, es que "se trate de iniciar una caza y captura de empresarios".

Oferta de negociación

Cuevas ofreció, al mismo tiempo, una negociación al Gobierno para que se garantice que el IAE no suponga un aumento de la presión fiscal respecto de los impuestos que sustituye. La patronal sólo está dispuesta a admitir un aumento igual al de la inflación prevista. Esta propuesta fue efectuada por Cuevas al presidente del Gobierno, Felipe González,. durante la entrevista celebrada la pasada semana. "El presidente del Gobierno no me dijo que esta fórmula le pareciera irracional", explicó Cuevas.Esta actitud contrasta con la encontrada por los empresarios entre los altos cargos del Ministerio de Economía y Hacienda. "Nos han dicho que no están dispuestos a mover ni una coma" respecto de la entrada en vigor del impuesto, prevista para el 1 de enero de 1992. Deben pensar, añadió que "cualquier modificación supone un fracaso del equipo económico del Gobierno". Si no hay colaboración, añadió, "ya sabe mos lo que va a suceder: que el nuevo impuesto no se aplicará en la forma adecuada".

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