Luz de vela
Tal como se están poniendo las cosas, comunico a la ciudadanía que no salga a la calle sin llevar encima una serie de pruebas de identificación y de respeto al orden establecido. A saber: el carné de identidad, un preservativo sin fantasía (será sospechoso de colaboración con banda armada todo aquel ciudadano portador de un preservativo de castigo o con un cerdito en la punta), la declaración firmada en blanco de defraudador contumaz de Hacienda, la partida de bautismo, la de defunción, un seguro de vida, póliza de seguro de entierro (potestativo que sea de incineración), un marcapasos cordial, otro cerebral, potestativo un marcapasos anal conectado a una terminal de datos de la Dirección General de Medio Ambiente, un catecismo de Popper, certificado de buena conducta extendido por la Dirección General de Conductismo, una edición microfilinada del Proyecto 2000, certificado conforme te afiliaste al antifranquismo en un plazo deseable situado entre la tromboflebitís y el 21-N, confesión firmada en blanco por la que se admitirá haber cometido todos los crímenes. descubiertos en 50 kilómetros a la redonda durante los cinco años anteriores a la fecha de retención, una décima en alejandrinos dedicada al V Centenario, la prueba fehaciente de que al menos se ha participado en un maratón en la vida, y tendrán trato preferente en caso de retención preventiva todos los ciudadanos que demuestren, mediante testigos, no haber hecho huelga el 14-D.Escribo esta propuesta de salud pública preventiva a la luz de una vela. La compañía Fecsa me ha condenado a la oscuridad porque se le queman los generadores premodernos, se me pudren los cadáveres en el frigorífico y temo que de un momento a otro alguien derribe la puerta de mi casa de una patada. Soy culpable. Ni siquiera juego a la Bonoloto.
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