Línea de 'desenganche'
Los dos únicos teléfonos gratuitos nacionales de información a toxicómanos son privados
Manolo se escaqueó. Tras seis meses para lograr plaza en un centro de rehabilitación se escapó de casa el mismo día que debía ingresar. Pudo más el miedo al mono. Manolo es una de las espinas de Carmen Velasco, encargada del 900 10 14 46, teléfono de la droga del Partido Popular. Tanto la citada Velasco como Celia Prat, contestadora del 900 16 15 15 -Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, tienen al día ración extra de penas. Las de las miles de personas que marcan sus teléfonos, los únicos gratis a nivel estatal, con la esperanza de escapar del gueto de las papelinas.
-FAD, buenos días.-¿Es ahí donde ayudan a los drogaditos?.
-Sí señora, dígame.
-Pués verá, mi hijo es muy bueno, pero ha caído en eso de la drogoindependencia...
Muchas de las llamadas que atiende la Fundación de Ayuda contra la Droga (FAD), una institución privada presidida honoríficamente por la Reina, acaban en lágrimas.
"La mayoría son madres desesperadas, que ya no saben dónde acudir y nos llaman, sobre todo, para desahogarse, contarnos sus penas y oir una voz amiga que les dé ánimos y que les vuelva a convencer de que el problema que amarga su vida puede tener solución". Celia Prat, pedagoga, es una de las cuatro personas, junto con Elena Rodríguez , Concha Vázquez e Isabel Ardid, que atienden las llamadas del teléfono gratuito de la FAD.
"Te encuentras cuadros pavorosos. Parejas de toxicómanos con niños que padecen síndrome de abstinencia, casos de prostitución casi infantil para pagarse la dosis. Es muy dificil no implicarse a pesar de que no les veas las caras", corrobora Carmen Velasco, psicóloga y coordinadora del teléfono de la droga del PP. Velasco tiene un mal día. Acaba de telefonearle la madre de Manolo, el del escaqueo. Era un caso en el que se había volcado.
Denuncias anónimas
Velasco atiende también a otros tipos desesperados que no tienen marcas de jeringas. Son los que utilizan el servicio de denuncia gratuita de puntos de venta y consumo de drogas financiado por el PP. Este tipo de llamadas supone el 45% de las 2.860 comunicaciones que ha recibido este teléfono en lo que va de año. Los encargados de atenderlas, recogen las denuncias anónimas de los ciudadanos y, cada mes, las envían a la policía y el fiscal.
Tanto en estas llamadas de denuncia como en las de petición de ayuda o información, la mayor parte de los comunicantes son mujeres. "Se echan las culpas de todo e intentan tapar la conducta de sus hijos. El hijo que ha caído siempre es el más bueno. Muchas preguntan si deben darles dinero cuando sospechan que se lo van a gastar en droga". El consejo de Prat es contundente: "Señora, si le da dinero a su hijo está contribuyendo a su muerte". "Hay que ser claros, si se les proporciona una vida cómoda, nunca van a querer salir de ella" argumenta.
"Señorita, yo ya lo he probado todo, pero llamo,por si se ha inventado alguna pastilla o alguna inyección que me cure a mi niño", dice una comunicante a Elena Rodríguez. "No les damos falsas esperanzas, pero muchas de las que llaman cuelgan mucho más tranquilas, y esto te llena de satisfacción", comenta.
El de la FAD y el del PP son los únicos teléfonos gratuitos de información sobre toxicomanías que funcionan desde toda España. Sólo las comunidades autónomas de Madrid y Baleares y los ayuntamientos de Madrid y Barcelona cuentan con un servicio de estas características.
Las personas que necesitan este tipo de información suelen estar agobiadas por la angustia, incluso la vergüenza, y el simple trámite de llamar a la consejería correspondiente, y el posterior periplo por centralita y extensiones para dar con la persona adecuada, puede ser una barrera infranqueable. "Por eso son tan útiles estos teléfonos en los que nada más descolgar, el interesado oye un amistoso 'servicio de ayuda a toxicómanos, buenos días, concluyen Prat y Velasco.
Sin lugar a bromas
"El problema es tan dramático que no deja lugar para las chanzas". Carmen Velasco, responsable del servicio, no recuerda bromas importantes en el teléfono de la droga del Partido Popular. "Al principio de su puesta en marcha llamaban algunos chavales con aquello de "Yo me drogo, y qué, pero fue una fiebre que duró poco, la gente no bromea con estos temas", comenta. El reclamo añadido que, para los ociosos con ganas de incordiar, supone un teléfono gratuito, no ha funcionado con los servicios de información a toxicómanos de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y del PP. Los bromistas habituales se cortan antes de ocupar la línea y hacer esperar- a un necesitado de ayuda.
Hay, no obstante, episodios de distensión en el trabajo de estas personas. Celia Prat y Elena Rodríguez, encargadas de contestar las llamadas a la FAD, aún recuerdan, entre divertidas y horrorizadas, la avalancha que sufrieron hace unos meses. "Salió nuestro teléfono en el programa de información sexual de la doctora Elena Ochoa y estuvimos semanas contestando que sentíamos mucho la frigidez o la eyaculación precoz de los interesados, pero que, desgraciadamente, no podíamos ayudarles", concluyen.
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