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Miles de objetos de valor, expuestos a goteras y bichos en los juzgados

Los libros de contabilidad de la discoteca Alcalá 20 y la ropa que utilizaron el día del siniestro algunas de las víctimas, billetes extranjeros, vídeos, televisores, joyas, abrigos de lujo y un sinfín de artículos y documentos de valor están expuestos a la humedad y las goteras -incluso a los bichos- en el tercer sótano de los juzgados de la plaza de Castilla. Allí reina el desbarajuste.

La falta de higiene es tal que incluso los trabajadores de esa dependencia tienen que usar mascarillas para cumplir su labor. Las aguas fecales que con frecuencia caen a este almacén -que alberga miles de objetos de valor que en su día decomisó la policía- proceden de las cañerías de las celdas ubicadas en las plantas superiores, según denuncia la sección de la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), mayoritaria en el sector de Justicia.Las deficientes condiciones higiénicas que soporta este almacén fueron denunciadas en 1988 por la Inspección Provincial de Trabajo de Madrid, que exhortó entonces al Ministerio de Justicia a solventarlas. Tres años después, sin embargo, sólo se ha adecentado parte de las instalaciones bajas del edificio, pero persisten las precarias condiciones higiénicas de ese sótano.

Los inspectores, cuando visitaron hace tres años los sótanos segundo y tercero del edificio judicial, descubrieron que había humedad, goteras y funcionarios que tenían que utilizar mascarillas para trabajar debido a que no existía ventilación "natural ni artificial".

Los empleados de este departamento han tenido que colocar chapas de hierro en el suelo para evitar que se deterioren los objetos de valor. Pero no lo han conseguido: la humedad persiste, y se cuentan por cientos los aparatos electrónicos que han dejado de funcionar por oxidación, según la CSIF.

"Nada se ha perdido"

El desbarajuste reina también en ese sótano. Hay cientos de objetos que se encuentran embalados en cajas que, por falta de espacio físico, están ubicadas en medio de los pasillos del sótano, lo que impide a los trabajadores circular por él con fluidez. "Apenas podemos movernos dentro", comentan fuentes de ese departamento, llamado de convicción. No obstante, y a pesar del desorden, "nunca se ha perdido nada, aunque cuesta más trabajo encontrar lo que te piden los jueces", agregan.En este sótano, en el que resulta difícil respirar, hay multitud de objetos y documentos curiosos, la mayoría de los cuales están años ahí depositados desde que los intervino la policía, sin que nadie los reclame.

Hay, por ejemplo, un microscopio valorado en 10 millones de pesetas. "Hace poco se subastó un lote muy grande de aparatos electrónicos por menos de dos millones de pesetas", señalan funcionarios del mencionado sótano.

Por otra parte, la CSIF denuncia que los juzgados de la plaza de Castilla, por donde pasan diariamente unas 10.000 personas -entre funcionarios y usuarios-, no se desalojan cuando hay amenazas de bomba -una al mes, por lo menos- "para evitar que se pierdan horas de trabajo y porque no sabrían donde llevar a los presos".

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