Kaspárov puede terminar como Fischer
El soviético Gari Kaspárov, campeón mundial de ajedrez, puede ser desposeído de su título por la Federación Internacional (FIDE), como le ocurrió al mítico estadounidense Bobby Fischer en 1975. Kaspárov ha gestionado personalmente la candidatura de Los Ángeles para la final de 1993, pero tres de los cuatro semifinalistas del Torneo de Candidatos prefieren a Rabat, donde el campeón se niega a jugar. Ambas ciudades ofrecen más de 400 millones de pesetas en premios.
La FIDE tomará una decisión en la Asamblea General de Berlín, a primeros de diciembre. Las preferencias de los jugadores no son decisivas salvo que exista una mayoría abrumadora. Kaspárov y su compatriota Artur Yusúpov han votado por Los Ángeles; el subcampeón Anatoli Kárpov, soviético, el holandés Jan Timman y el británico Nigel Short, por Rabat. Las semifinales de candidatos (Kárpov-Short y Timman-Yusúpov) se celebrarán en Linares dentro de seis meses.En conversaciones con EL PAÍS, los tres defensores de la sede marroquí admitieron a regañadientes que la oferta californiana es más interesante para la promoción del ajedrez porque supondría una nueva oportunidad (la primera parte de la final de 1990 se celebró en Nueva York) para conquistar el mercado norteamericano, cerrado desde la retirada de Fischer. Short fue el más sincero al explicar el verdadero motivo de su preferencia: "Si la final se disputa en Rabat, Kaspárov tendrá a los organizadores a su favor; cuando se juega por tanto dinero y por el título mundial ese factor es muy importante".
"Hassan II es un dictador"
Kaspárov, de origen judeo-armenio, se mostró muy enfadado pero optimista: "Mantengo lo que declaré a su periódico hace dos semanas. El rey Hassan II es un dictador que no respeta los derechos humanos; no defenderé mi título en Rabat. Sin embargo, confío en que la FIDE elija Los Ángeles; el voto del campeón es más importante que el de los candidatos".El mango de la sartén está ahora en las manos del carismático filipino Florencio Campomanes, presidente de la FIDE, cuya astucia sin par le ha dado una gran influencia sobre los asambleístas. Su guerra contra el campeón, que duró varios años, puede reanudarse ahora si el asiático intenta sacar provecho de la comprometida situación de Kaspárov.
Éste no puede pedir socorro a la Asociación de Grandes Maestros (GMA) porque abandonó el año pasado la presidencia de ese organismo tras una violenta asamblea en Murcia y se negó a participar en la Copa del Mundo, organizada por la GMA con cinco pruebas puntuables. Aunque finalmente aceptó jugar, a cambio de una sustanciosa cantidad, su negativa inicial desilusionó a posibles patrocinadores y ha sido uno de los motivos que acaban de provocar una grave crisis en la GMA. La Copa del Mundo, que debía terminar en Barcelona en 1993, ha sido cancelada; el yugoslavo Ljubomir Ljubejevic ha dimitido de la junta directiva y la situación interna es caótica. Campomanes puede salvar a Kaspárov pero cobrará un alto precio por ello.
Toda esta polémica viene a unirse a la provocada por unas recientes declaraciones del presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación, el brasileño Joao Havelange, sobre la candidatura marroquí para organizar el Campeonato del Mundo de 1998. Havelange dejó entrever que no está suficientemente preparada por falta de instalaciones.
Dichas manifestaciones desataron la ira no sólo en Marruecos sino en toda África, muy sensibilizada por la falta de atención a los esfuerzos que intenta desplegar para integrarse en la elite del concierto deportivo mundial. En África aún no se ha organizado un gran acontecimiento deportivo de la talla de un Mundial de fútbol o de unos Juegos Olímpicos y el Mundial de ajedrez sería un avance.
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