Objetivo 242
Las magnitudes macroeconómicas han irrumpido con fuerza en el comportamiento de los inversores, llevando al mercado un ambiente pesimista que se ha traducido en una corriente vendedora muy fuerte. La evolución de la inflación -enquistada- y del desempleo -uno de los mayores de la CE- han puesto en guardia a la inversión, más sobre lo que está por venir que por los datos publicados hasta ahora, y la reacción ha sido una nueva andanada vendedora que sólo se vio frenada al conocerse el IPC de EE UU y la tibia reacción de Wall Street.El índice del mercado madrileño llegó a perder hasta 4,08 puntos en un alarde de desconfianza que ponía las cosas muy difíciles de cara al corto y medio plazo. La actitud de los inversores extranjeros, orientada hacia las ventas casi en su totalidad, tampoco ayuda a un mercado desconcertado por las diferencias abiertas entre las expectativas oficiales y la realidad económica. Como elementos de duda quedan los resultados empresariales, menos buenos que en el pasado pero todavía ofreciendo datos positivos, y el volumen negociado, demasiado alto para una Bolsa que, aparentemente, no dispone de expectativas concretas. Él índice registró una corrección más moderada de lo habitual al cierre, y termina con un recorte de 3,32 puntos.