El narcotráfico se desvía de unos puntos a otros de la ciudad
La venta de droga era ayer prácticamente nula en los poblados chabolistas de la periferia madrileña, una semana después del ultimátum de los patriarcas, que han amenazado con el destierro a los traficantes gitanos. Portavoces policiales aseguran que "no se ha observado ningún incremento en otras zonas de la capital". Sin embargo, varias asociaciones de vecinos denuncian que la ley seca en los núcleos de infraviviendas "está trasladando el problema a otros lugares de la ciudad".
Sara Nieto, presidenta de Madres Contra la Droga, asegura que la venta de papelinas "es mayor, desde hace días, en calles de San Blas como Marroquina y Amposta; en barrios de Vallecas como el Fontarrón, y en municipios como Aranjuez". Prisciliano Castro, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), explica que "desde hace dos semanas la venta de droga se ha incrementado en la UVA de Vallecas".
Simón Vicente, presidente de La Unidad de San Cristóbal de Los Ángeles (Villaverde), asegura que "la venta de droga ha aumentado en las calles de este barrio desde que hace un mes comenzó la presión policial sobre los núcleos chabolistas, y sobre todo, en los últimos días". Vicente resalta también un incremento de la venta de papelinas en los alrededores del parque de La Amistad, junto a la N-IV (Madrid-Cádiz).
En Pan Bendito (Carabanchel), representantes de la asociación de vecinos denunciaban ayer "una mayor afluencia de toxicómanos". En San Fermín y El Pozo del Tío Raimundo, cercano a La Celsa, los vecinos no han comprobado un especial incremento de la venta de droga a partir del ultimátum de los patriarcas.
Colonia Fontarrón
En la colonia Fontarrón, de Vallecas, ha aumentado también de una forma tan espectacular que ha provocado la alarma entre los vecinos, informa Luis Fernando Durán. En este núcleo de torres cercano a la carretera de Valencia siempre se ha consentido la presencia de algún camello que suministraba las papelinas a los cerca de 15 toxicómanos del barrio. Sin embargo, en las últimas semanas la situación se ha desbordado, ya que, según los vecinos, aparecen manadas de consumidores que nunca habían pisado esta zona.Los representantes de la Asociación de Madres contra la Droga de Fontarrón aseguran que saben distinguir la presencia de los grandes capos que reparten la droga que posteriormente se comercializa. Además, afirman con rotundidad que se han trasladado los negocios de La Celsa y Pies Negros hasta Fontarrón, lo que ha originado también una leve pero mayor presencia policial en las calles. Para estas madres, el problema estriba en que, si denuncian lo que ven, puede que se lleven también a alguno de sus hijos enganchados.
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