Vecinos de Mancha Real insultan a los voluntarios que arreglan las casas gitanas

Mujeres de Mancha Real (Jaén) se apostaron ayer frente a la casa de Isidro Romero, uno de los hijos del patriarca gitano Antonio el Cojo, y comenzaron a gritar. Los insultos y amenazas iban dirigidos a los voluntarios de la Cruz Roja que minutos antes de las nueve de la mañana habían iniciado los trabajos de reconstrucción de las siete viviendas gitanas destrozadas por los vecinos en mayo pasado.

Una decena de guardias civiles se encargó de vigilar las labores de rehabilitación, en tanto que miembros de Cruz Roja, encabezados por la presidenta de la asamblea provincial, Gloria Rodríguez Ayuso, intentaban dialogar con las manifestantes. La mayor parte de la dotación de fuerzas de seguridad que se trasladó ayer a Mancha Real -50 guardias civiles- permaneció en el cuartel en previsión de posibles incidentes.

"Anda que os vamos a donar más sangre", dijo irónicamente una vecina a un voluntario de Cruz Roja que en ese momento transportaba ladrillos al interior de la vivienda de Isidro.

Las obras han corrido a cargo de la Cruz Roja, ya que los constructores de la provincia no quisieron hacerse cargo por no estar dispuestos a trabajar bajo la presión de una vigilancia policial, motivada por la oposición de los vecinos.