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BALONCESTO / LIGA EUROPEA

El Joventut aplastó a un torpe Estudiantes

El Joventut cumplió con el guión, pero ya se sabe que dos no discuten si uno no quiere. Estudiantes no estuvo por la labor, y la presumible espectacular confrontación entre los dos mejores equipos españoles en la actualidad quedó para mejor ocasión. El Montigalà, muy concentrado y confirmando definitivamente su vuelta a la vida, dominó sin mayores problemas a un equipo desconocido, falto de nervio y precisión, peleado con el aro y que nunca entró en el partido.Los verdinegros fueron superiores en todos los terrenos, incluido el psicológico, faceta en la que suelen encontrar sus mayores problemas. Solventó rápidamente la ausencia de Villacampa y lució una frescura en su juego impensable hace un mes. Sus piezas se movieron como pez en el agua, e incluso les dio tiempo a exhibirse. Y cuando llega ese momento, lo mejor es ponerse el paraguas.

Su contrario, el Estudiantes europeo, fue irreconocible. Apareció triste y convenció a todos que sus discretas declaraciones efectuadas en las fechas previas al partido y que le mostraban con piel de cordero, no era un disfraz, sino que obedecía a una prestancia conformista. Inicialmente no supieron explotar la herida anímica producida por la baja de Villacampa, cuya sombra desapareció en cuanto su deficiente defensa permitió que Pardo anotase ,res canastas consecutivas al inicio del encuentro.

Pero si bien esta falta podría tener solución, su segundo error fue mortal, sobre todo porque duró los 40 minutos. mientras los badaloneses tejían una buena tela de araña alrededor de su canasta, el Estudiantes mostró sin pudor los muchos caminos, que conducen al no cuando éste no está bien protegido.

Con estas premisas, el partido duró menos de lo previsto, lo que tardó en desvelarse la incógnita sobre el origen de los titubeos estudiantiles. El desacierto inicial no obedecía a un relajamiento por confianza en las propias fuerzas -lo que no dejaba de ser una posibilidad- sino por una falta de tensión general. Era la flojera de los equipos sin ambición. Se hacía extraño observar al Estudiantes con tanta anemia en su primer gran compromiso europeo. No era, desde luego, la actitud habitual en un conjunto cuyas señas de identidad están marcadas por el desparpajo. En Badalona, el Estudiantes jugó como los tímidos que se acercan a los grandes torneos pidiendo perdón. La cara de la derrota fue demasiado evidente una vez iniciadas las hostilidades. Desde ese ese instante todo transcurrió monotemáticamente. Bien para el Joventut, y de mal en peor para Estudiantes.

A la efectividad inicial de Pardo se le unió rápidamente Pressley y como no hay dos sin tres, se les acabó sumando Thompson, preocupado en principio con la defensa de Pinone, pero vista la ceguera colectiva que atacó a los jugadores madrileños, decidió echar una mano a sus compañeros. El Joventut anotaba sin mayores problemas, con un buen reparto de puntos entre su jugadores, justo lo contrario que ocurría con el Estudiantes, que tiró por la borda el encuentro con su desacertado porcentaje de lanzamiento. En el descanso pocas cosas quedaban por decidir (44-28).

Y lo que quedaba fue observar cómo el Estudiantes colocaba el taller de reparación del equipo en su zona ofensiva, en vez de reconstruir la casa por sus cimientos, o sea, en la defensa. Si normalmente esa opción es la menos conveniente, cuando pierdes por 15 puntos es casi un suicidio. Salió cruz para los colegiales y el Joventut se encontró con su sueño. Un equipo sin precisión y tirando por la calle del medio, perfecto contrincante para desarrollar su estilo preferido. Correr, saltar y tirar. Así vivió de feliz el Joventut durante toda la segunda parte.

La última y desafortunada jugada de Winslow fue todo un significativo colofón al partido que había realizado su equipo. Restaban 15 segundos para finalizar el encuentro y el alero norteamericano decidió de motu propio no lanzar a canasta y echar el balón por la línea de banda al estilo NBA. Pero cometió dos imprecisiones. Una conceptual, y es que eso lo suele hacer el que va ganando. Otra, intelectual, ya que si lo haces, has de soltar la bola cuando no quede tiempo. Winslow lo hizo con dos segundos de antelación y el Joventut tuvo tiempo para sacar y realizar un tiro final.

El Montigalà superó su prueba y el Estudiantes no jugó con la misma baraja que en la Liga. Si el asunto es que se le olvidó en Madrid, no existen mayores problemas que la realización de un mal partido. Si esa es con la que van a jugar en Europa, eso ya es otro cantar. Mostraron su peor cara y no se debe aparecer tan desarreglado en una competición como la Liga europea.

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