El Ejército prevé que jóvenes con la 'mili' acabada sean llamados un mes al año para maniobras

El Plan de Reorganización del Ejército de Tierra, denominado Plan Reto, que debe estar plenamente en vigor en 1996, prevé la reincorporación a sus unidades para realizar maniobras, de jóvenes que ya hayan terminado el servicio militar y se encuentren en situación de reserva, según explicó ayer el teniente coronel José Manuel García Sieiro, del Estado Mayor del Ejército, durante un seminario organizado por el Ministerio de Defensa. El militar matizó que el plan carece de fuerza legal, por lo su puesta en práctica depende del Gobierno.

La medida afectaría a los últimos llamamientos de licenciados y tendría un importante coste económico para las empresas. El Proyecto de Ley del Servicio Militar, a debate en el Congreso, faculta al Gobierno para ordenar la incorporación a filas de los reservistas, de acuerdo con la normativa sobre movilización nacional. El reglamento de la mili actualmente vigente también prevé la movilización de reservistas para realizar maniobras por un máximo de 30 días al año Este mecanismo no ha sido utilizado nunca, y el Ejército se ha limitado a realizar movilizaciones postales, consistentes en enviar cartas a los reservistas pidiéndoles acuse de recibo.Sin embargo, con el Plan Reto la reincorporación de reservistas se convierte en una necesidad, ya que el propósito del Ejército es mantener las 15 brigadas con las que ahora cuenta y que considera el "mínimo imprescindible", a pesar de que la reducción de la mili a nueve meses y la evolución demográfica le dejará a corto plazo con 45.000 soldados menos, el 25% del total. Para combinar ambos elementos, el plan propone "desactivar" algunas unidades, que en tiempo de paz quedarían "en cuadro" -es decir, únicamente con los mandos y una pequeña dotación de tropa-, pero en caso de crisis completarían sus plantillas incorporando reservistas. Ello sólo será posible si los mecanismos de movilización están engrasados, mediante ejercicios que se repetirían periódicamente, como sucede en algunos países europeos.

El Plan Reto no es sino una continuación del Plan Meta (modernización del Ejército de Tierra), que entre 1985 y 1990 supuso la supresión de siete brigadas, 9.000 cuadros de mando y 74.500 soldados. La estructura operativa del Ejército de Tierra se adaptará a la nueva doctrina de la OTAN, dividiendo sus unidades entre Fuerzas de Acción Rápida, Fuerzas de Maniobra y Fuerzas de Defensa del Territorio. Mientras las primeras serán potenciadas con la incorporación de tropa profesional y se llevarán el grueso de las inversiones en equipos, algunas de las del último escalón, destinadas a actuar en caso de agresión a España, serán parcialmente desactivadas.

El Estado Mayor del Ejército insiste en la necesidad de mantener las 15 brigadas actuales (20, si se incluyen las guarniciones insulares y norteafricanas), pero admite que para ello, además de la movilización, hay que incrementar el porcentaje de profesionales desde el 21% hasta el 36%, lo que se considera muy difícil.

Ocultar información

Por otra parte, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Gonzalo Rodríguez Martín-Granizo, afirmó ayer en los pasillos del Congreso que "no hubo engaño" en la información facilitada por Defensa sobre la participación española durante la guerra del Golfo. "Lo que ocurre", agregó el almirante, "es que en tiempo de guerra no se puede dar toda la información". El máximo cargo militar se refería así a la revelación realizada el lunes, en el curso del seminario organizado por Defensa, por el capitán de navío Francisco Rapallo, quien explicó que la fragata española Numancia estuvo a no más de 200 millas de la costa de Kuwait durante el conflicto y no en el estrecho de Ormuz, como se dijo oficialmente entonces.

Martín-Granizo matizó que España nunca cedió el mando de sus buques a EE UU, aunque sí el "control táctico", como reflejaba EL PAÍS ayer, ya que EE UU se encargó de controlar todo el tráfico marítimo.