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LAS DROGAS COMO TELÓN DE FONDO

Los vecinos de Villaverde vuelven a la carga contra el asentamiento gitano

El conflicto de Villaverde Bajo sigue al rojo vivo, pese a las vías de entendimiento abiertas la pasada semana entre payos y gitanos. Ayer, unos 200 vecinos intentaron paralizar una vez más las obras de] futuro poblado gitano. Sin embargo, el fuerte despliegue policial -unos 100 antidisturbios, un helicóptero y dos tanquetas- les disuadió. No obstante, provocaron por la mañana un caos viario en la carretera de San Martín de la Vega y otro, ya por la noche, en la de Andalucía.

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Por la tarde, los vecinos volvieron a la carga con otra manifestación, que terminó con el corte de la carretera de Andalucía durante una hora. Hoy tienen previsto desarrollar nuevas acciones de protesta que incluyen el cierre de los comercios y colegios de la zona de Villaverde Bajo y Perales del Río, así como una nueva incursión a las obras del asentamiento gitano de El Molino."Mañana [hoy para el lector] vamos a intentar que cierren los comercios y las escuelas", anunciaba ayer Nicanor Briceño, portavoz de la coordinadora vecinal opuesta al realojamiento.

"Pueden llamarnos racistas, pero seguimos insistiendo: no queremos droga y no queremos que nos impongan este poblado a la fuerza", añadía. La jornada de protesta de los vecinos de Villaverde se inició sobre las 9.30 de ayer, cuando una comitiva de vecinos enfiló, una vez más, la carretera de San Martín de la Vega con dirección a las obras del poblado gitano de El Molino. Unas 200 personas, muchas de ellas mujeres que habían dejado ya a sus hijos en la escuela, llegaban poco después a las inmediaciones del poblado gitano, donde les esperaba un importante cordón policial que tenía órdenes de impedirles el acceso a la zona en construcción. Primeros intentos de cruzar la barrera. Insistencia y vuelta atrás para evitar cualquier enfrentamiento con la policía. Esa fue la tónica inicial.

Los manifestantes se desplazaron minutos después a la carretera de San Martín de la Vega e interrumpieron el tráfico víario. Una larga fila de vehículos permaneció detenida durante dos horas. Los conductores salían con mejor o peor humor, contemplando impotentes la protesta vecinal.

Una hora más tarde -sobre las once de la mañana-, los vecinos intentaron de nuevo cruzar el cordón policial, al tiempo que algunos no dejaban de increpar a los agentes: "Si sois tan valientes, ¿por qué no venís sin armas como nosotros?". "Anda que como nos enchuféis [por las mangueras de agua] vamos a por todas, pues buenos somos...". Una mujer contemporizaba: "Ellos son sólo unos mandaos...". Otro vecino, megáfono en mano, declaraba: "El 90% de la droga la controla la raza [etnia] gitana". Poco antes de las doce de la mañana, los manifestantes se disolvieron, no sin antes citarse para la concentración que después terminaría con un nuevo corte de tráfico en la carretera de Andalucía.

Viviendas prefabricadas

Nicanor Briceño, portavoz de los vecinos, explicó ayer los motivos que llevaron a los representantes vecinales a abandonar el lunes la mesa de negociación para hallar una salida al conflicto: "Después de una semana", dijo, "nadie nos ha firmado ningún documento garantizando que no se realojará a gitanos que vendan droga, ni tampoco nadie se compromete a desmantelar las viviendas prefabricadas de la Ribera de San Fermín".Portavoces de la Delegación del Gobierno confirmaron ayer su deseo de reanudar las conversaciones, aunque indicaron que todavía no existe una fecha concreta.

Por su parte, el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, se mostró ayer en de sacuerdo con "la oposición tan fuerte" que existe en Villaverde. "Me gustaría que los vecinos entendiesen que no se puede producir una oposición frontal y establecer condiciones tales como la desaparición del poblado de Torregrosa, ya que eso es imposible hacerlo de la noche a la mañana", según explicó a Servimedia. El alcalde avanzó también que en su próxima reunión con el de legado del Gobierno abordará el conflicto surgido en el distrito de Villaverde.

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