El duelo entre Cavaco y Sampaio, único aliciente de los comicios lusos
El duelo político entre el actual primer ministro portugués, Anibal Cavaco Silva, y el líder socialista, Jorge Sampaio, ha convertido la campaña electoral que culminará en los comicios del próximo domingo en un enfrentamiento bilateral de tales proporciones que reduce a figurantes al resto de las fuerzas políticas, incluidos los partidos a Que pertenecen ambos candidatos a jefe de Gobierno.
La estrategia escogida por Cavaco Silva -convertir las elecciones en un juicio al incuestionable éxito de la política gubernamental del pasado lustro que ha de rendir un nuevo mandato de cuatro años- no ha sido alterada en ningún momento, ni influida por las campañas de los candidatos de la oposición.En consecuencia, como observa atinadamente el editorialista de Semanario Miguel Sousa Tavares, "en esta campaña, Cavaco sólo habla de sí y de su obra, y todos los demás hablan (mal) de Cavaco". Los resultados están a la vista: los nueve sondeos diferentes que ha publicado la prensa portuguesa a una semana del escrutinio confirman, sin excepción, el carácter de favorito del actual primer ministro y apenas uno deja suponer que el Partido Social Demócrata (PSD) podría no repetir la mayoría absoluta de hace cuatro años.
Sampaio, obligado por la dinámica impuesta por Cavaco Silva a luchar sobre un terreno que no es el suyo, no ha conseguido imponerse como alternativa creíble al jefe de Gobierno y parece resignado a luchar tan sólo por el segundo lugar, por el título de jefe de la oposición. Sabe que del resultado que el Partido Socialista (PS) alcance este domingo dependerá su propio futuro como secretario general del PS.
La guerra de Sampaio
La guerra intestina y secreta en el PS pesa sobre toda la campaña del partido, que dice ser el único capaz de vencer a Cavaco y de dar a Portugal "un Gobierno mejor". Para ganar su guerra particular, Sampaio debe sobrepasar el 33% que los socialistas obtuvieron en las últimas legislativas que disputaron con Soares de secretario general. De ahí que el objetivo principal y casi exclusivo de la campaña gire en torno a los porcentajes que cada formación vaya a obtener.Los sondeos no confirman la quiebra del voto comunista esperada por los socialistas y apuntada por algunas encuestas anteriores, al tiempo que algunos partidos testimoniales como el trotskista Partido Socialista Revolucionario (PSR) o el Partido de la Solidaridad Nacional (PSN), que invoca la defensa de los pensionistas, ven incrementar sus probabilidades de entrar por primera vez en el Parlamento lisboeta, por lo menos con un diputado cada uno.
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