Un juego llamado "hemorragia cerebral"
El caso del púgil Michael Watson cuestiona de nuevo el futuro del boxeo
El argumento para prohibir el boxeo es que una sociedad moderna y civilizada no debería pagar a hombres jóvenes, como el británico Michael Watson, de 26 años y que permanece en coma desde el pasado 21 de septiembre, por arriesgarse a destrozarse el cerebro para nuestro simple entretenimiento. El doctor Peter Harvey, especialista en neurología del hospital Royal Free, señaló en 1989 en La bolsa, el programa dedicado a este llamado deporte en la Central Television [un canal del Reino Unido]: "Nuestro cerebro es lo único que nos sitúa por encima de otros animales. Arriesgarse a ocasionar un daño irreparable en este órgano delicado por diversión puede considerarse totalmente obsceno".
Aunque las medidas preventivas sean muchas, el boxeo no será nunca seguro. El objetivo sobre el cuadrilátero es dejar, si es posibte, inconsciente al adversario y un puñetazo en la cabeza implicará siempre un peligro para el cerebro.Él cráneo no es un globo hueco y liso, sino que tiene unas rugosidades óseas y unas membranas rígidas y afiladas semejantes a un pergamino. El cerebro en sí posee una firme consistencia gelatinosa. Si manipulamos un cerebro fresco, comprobaremos que se trata de un tejido tan vulnerable que los mismos dedos pueden penetrar fácilmente en él. La sustancia gris, su parte más. importante, está situada directamente debajo de la duramadre, la membrana que la contiene, por lo que puede resultar dañada con facilidad.
Cuando se recibe un puñetazo, sobre todo si se trata de un gancho o de un golpe lateral más que de uno directo, la cabeza se ve obligada a girar. El cráneo se detiene bruscamente al alcanzar el límite de su movimiento. El cerebro, que no se encuentra fijo en él, sino que puede moverse libremente, acelera para alcanzar y seguir a su caja y se golpea inevitablemente contra las rugosidades óseas y las membranas afiladas. Cualquier desgarro consiguiente ocasiona una lesión irreparable.
Los golpes pueden tener un efecto inmediato o retardado. Un solo puñetazo puede causar una hemorragia cerebral instantánea y una serie de ellos recibida durante un periodo largo puede ocasionar lesiones, aunque es posible que los síntomas no hagan su aparición hasta años después. Se dice que, si los golpes directos contra la cabeza causaran lesiones cerebrales, muchos futbolistas las padecerían, puesto que golpean el balón con aquélla. Pero hay una diferencia. El jugador decide conscierítemente golpear la pelota. Tensa los músculos del cuello anticipadamente y el impacto no le retuerce la cabeza. El puñetazo se recibe únicamente porque el púgil no puede evitarlo. No está preparado. Por ello, la cabeza se desplaza bruscamente. El aturdimiento por golpes, la encefalopatía postraumática, se ajusta perfectamente a los síntomas. El boxeador padecerá cambios de personalidad. El hombre tranquilo y dueño de sí mismo puede, de repente, cometer actos de una violencia impremeditada.
La Asociación Médica Británica ya solicitó la abolición del boxeo hace 30 años. Desde entonces se han efectuado numerosas investigaciones que han demostrado que los golpes en la cabeza causan lesiones cerebrales. En 1973, un grupo dirigido por el profesor Jan Corsellis, especialista en neurología, publicó el informe Las consecuencias del boxeo. Se basó en el estudio de púgiles de 1900 a 1940. La mitad tenia más de 300 peleas o habían estado en el ring más de 15 años. El 50% había sufrido lesiones cerebrales. En 1987, Corsellis divulgó otro, recopilado durante su retiro, que confirmaba los hallazgos anteriores.
Atrofias
En 1984, la propia Asociación creó un comité para estudiar el tema, el cual declaró: "Las tomografías cerebrales nos permiten en este momento detectar las lesiones cerebrales en vida. Las anormalidades halladas se corresponden muy de cerca con aquellas señaladas a partir de estudios post mortem. Las lesiones cerebrales anteriormente asociadas con el síndrome de aturdimiento se detectan ahora antes de que aparezca cualquier signo clínico evidente. En el pasado estas lesiones no se descubrían debido a las limitaciones que imponían los métodos tradicionales de análisis. La tomografía ha mastrado la existencia de atrofia cerebral en boxeadores relativamente jóvenes, tanto en aficionados como en otros con una brillante carrera profesional" ( ... ) "El Consejo de Ciencia y Educación lamenta que el Comité de Control de la Federación Británica de Boxeo se mostrase reacio al trabajo".Este Comité dice justificadamente que el boxeo es ahora más seguro que nunca. Sus reglas obligan a que los boxeadores sean examinados antes de subir al cuadrilátero y a que haya médicos de guardia en todos los combates. Sin embargo, éstos no están autorizados a detener la pelea cuando consideran que un boxeador corre algún riesgo. Esta decisión se deja al árbitro porque, se alega, es el único que se encuentra lo suficientemente cerca para observar los ojos del púgil. Sin embargo, paradójicamente, los árbitros no poseen ninguna preparación médica. Tampoco existe ningún tipo de examen antes de combatir con un sparring en los entrenamientos. Esto es importante, ya que, con frecuencia, cuando se prepara para un gran combate, el boxeador se ve obligado a emplearse a fondo y no reprime sus golpes, por lo que el sparring recibe un castigo severo.
En algunos países es obligatorio llevar protectores en la cabeza. Pero, si evitan los cortes en las cejas, no protegen el cerebro, ya que los ganchos y los golpes laterales siguen desplazando la cabeza.
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