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Una "rebelión de ejecutivos" provoca la dimisión del presidente de British Aerospace

Enric González

Una sublevación de sus propios directivos forzó la dimisión del presidente de British Aerospace (BA), Roland Smith. BA, buque insignia de la industria británica, cabeza de un grupo extendido por los sectores de aeronáutica, automóviles (Rover), refrescos y alimentos (Cadbury-Schweppes), energía eléctrica y comunicaciones (Thorn-EMI), fue escenario de un auténtico motín que ha llevado a la presidencia interina al supuesto cabecilla de los ejecutivos rebeldes, Graham Day.Roland Smith anunció su dimisión el miércoles por la noche "para poner fin a las dañinas especulaciones sobre el futuro de la compañía". cuyo valor en bolsa asciende en estos momentos a casi un billón de pesetas. Su sucesor provisional, Graham Day, afirmó que el relevo no debía atribuirse "a un golpe de Estado o a una conspiración", sino a la necesidad de clarificar el liderazgo en BA y a la obligación de los directivos de actuar como "guardianes de los intereses de los accionistas".

El presidente dimitido sufría desde hace diez días una fuerte presión interna y externa. Los bancos y los accionistas más importantes estaban irritados por una ampliación de capital, mediante la emisión de opciones por valor de unos 80.000 millones de pesetas, que consideraban inoportuna y mal diseñada y que debía ser sometida a consideración de la junta de accionistas el próximo 7 de octubre. Las previsiones de un fuerte descenso en los beneficios de la compañía y la constante depreciación de las acciones hacían suponer que la junta no iba a ser precisamente plácida. Lo cual, según los adversarios de Smith, perjudicaría aún más la imagen del grupo.

Varios días de conversaciones secretas entre los principales directivos, encabezados por Day, y los grandes accionistas, llevaron a la conclusión de que Smith debía abandonar su puesto. Incluso los dirigentes sindicales fueron, al parecer, sondeados sobre el asunto, para obtener su aquiescencia. El miércoles por la mañana se expuso a Graham Smith que no le quedaba ningún apoyo y se le exigió la dimisión. Esa misma noche, Smith cedió.

Las acciones de BA subieron ayer varios puntos en la Bolsa de Londres, demostrando la satisfacción de los grandes inversores por el relevo. Graham Day anunció que, pese a su situación de interinidad, empezaría a trabajar inmediatamente en la reestructuración de la compañía. La compensación económica obtenida por Smith se desconoce. Su sueldo era de algo más de 50 millones de pesetas al año.

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