Fuegos fatuos
Chari Gómez Miranda es una periodista que interpreta el papel de Doña Adelaida para presentar culebrones en TVE-1. Es muy popular -sobre todo entre amas de casa-, aunque, al parecer, se lo toma con calma. En reciente entrevista, dijo: "Esto pasará, pues la popularidad, en televisión, es un fuego fatuo".He aquí una respuesta con fundamento, si bien la periodista se quedó corta. La fatuidad se da en televisión y en todas partes. Sin ir más lejos, ]apropia Doña Adelaida es el gran hallazgo para cuantos necesitan proclamar su altura Intelectual y su exquisitez exclusiva; Jesús Gil, otro. Cuando menos te lo esperas aparece un fatuo de éstos y, sin venir a. cuento, te pega la paliza protestando vehementemente de que Doña Adelaida y Jesús Gil existan. Algunos incluso juran que, al verlos, les dan tentaciones de tirarse por el viaducto.
Si siguen hablando (¡que siguen, maldición!), te das cuenta de que no son Nietzsche, precisamente. Casi nadie es Nietzsche y, en un momento dado., Schopenhauer tampoco. Lo cual nada importa. Al fatuo le basta con descalificar ferozmente a los personajes ínfimos, para sentirse Nietzsche y Schopenhauer en una sola pieza, y se pavonea tan tito y glugluteante que sólo le falta ir por ahí firmando autógrafos.
Chari Gómez borda el personaje de Doña Adelaida, haciéndola parlanchina, cotillona y a la pata la llana, como debe ser, ya que no le encargaron interpretar a madame Curie. Jesús Gil, por su parte, Interpreta perfectamente su propio personaje, sin ayuda de nadie. Y posiblemente no lo sepan, pero cumplen una función social de primer orden. Pues si fueran, respectivamente, madame Curie y Nietzsche, ¿dónde iban a prender los fatuos el fuego de su. altura intelectual y su exquisitez exclusiva? ¿Eh? ¿Dónde, si puede saberse?
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