Villaverde Bajo mantiene la lucha contra un poblado gitano en construcción
El ambiente sigue caldeado en Villaverde Bajo y Perales del Río. La colonia gitana cuya construcción ha desatado la caja de los truenos está en un descampado, a kilómetro y medio de la última casa de Villaverde, pero los vecinos se sienten ya suficientemente rodeados por hipermercados de la droga. La mayoría de las 88 familias que vivirán en el nuevo poblado proceden de Los Focos, uno de los puntos negros del narcotráfico en Madrid. Hoy, nueva manifestación.
En el kilómetro 4,100 de la carretera de San Martín de la Vega las obras continúan con normalidad. El lugar donde, desde hace dos meses, se construye el poblado de realojamiento de El Molino es una escombrera situada a mano izquierda de la vía en dirección a Madrid. Cerca sólo hay una gasolinera y una central de electricidad. Alrededor, tierra y escombros. Una decena de operarios nivelan con maquinaria pesada este antiguo vertedero situado a 1,5 kilómetros de Villaverde Bajo y a otros tantos de Perales del Río.El encargado de la obra afirma que hasta el domingo nunca había pasado nada. Pero desde la violenta incursión de varios encapuchados parte de la maquinaria ha quedado fuera de servicio. Un compresor y una dumper están inutilizados y los conductores de las palas excavadoras trabajan envueltos en una nube de polvo porque los cristales de estos tres aparatos fueron hechos añicos. Sin embargo, no se ha aumentado la vigilancia en la zona. Sólo hay un vigilante nocturno.
Veinte encapuchados
La policía asegura que sigue sus indagaciones para conocer quiénes fueron los causantes de los destrozos del domingo, en los que quedó arrasada la vivienda piloto construida. Los .portavoces policiales aseguran que fueron 20 individuos con la cara tapada los autores de los daños causados en la obra. Testigos presenciales cifran en 40 o 50 el número de enmascarados.
El Consorcio para el Realojo de Población Marginal cree que el descampado elegido para realojar a los chabolistas de Los Focos "es un lugar deficitario que va a hacer más dificil su integración". José Luis Gómez, gerente del consorcio, dice que ha sido imposible acercar más el poblado a un núcleo habitado.
Las protestas más encendidas provienen de los habitantes del barrio de Los Rosales, en Villaverde, cercano al núcleo de sankis [casas prefabricadas] de la Ribera de San Fermín, conocido punto de narcotráfico. Esta barriada también queda próxima al nuevo poblado. "Tenemos ya un paseo diario de yonquis que vienen en tren a comprar heroína a la Ribera y ahora nos quieren poner a un kilómetro 75 familias de otro híper de la droga como son Los Focos", dicen en la asociación de vecinos del barrio.
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