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Alarma federativa ante los errores arbitrales

La alarma arbitral ha sonado apenas disputada la tercera jornada de Liga. El colegiado andaluz Caetano Bueno expulsó a cuatro jugadores locales, a tres de ellos por la misma jugada, en el partido Tenerife-Albacete (2-3), de Primera División. El árbitro madrileño Carcelén García permitió en el Rácing-Betis (04) que el conjunto andaluz jugase varios minutos con 12 jugadores. Los presidentes de la federación y de los árbitros, Ángel María Villar y Pedro Sánchez Sanz, respectivamente, han coincidido en su preocupación por la crisis arbitral. La Comisión de Disciplina de los árbitros se reunirá hoy y se da por seguro que su primera medida será suspender cautelarmente a los dos colegiados citados.

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"Estoy preocupado por este asunto", se lamentó Villar y no supo decir más sobre este problema, su asignatura pendiente desde que hace más de tres años alcanzara la presidencia de la Federación. "Me pareció muy triste", resumió Sánchez Sanz las declaraciones de Caetano Bueno después de su partido, para añadir: "Pero lo más delicado fue lo de Santander. Todos los detalles dan a entender que hubo negligencia por parte del árbitro". A primera hora de la tarde de ayer, Villar habló con el presidente de los árbitros. "Hemos quedado en que hay que tomar cartas en el asunto", añadió.El Tenerife solicitará hoy a la Federación la repetición de su partido con el Albacete, petición que también formulará la directiva del Racing respecto a su encuentro con el Betis.

El árbitro Caetano Bueno expulsó a tres jugadores locales en el minuto 54 del Tenerife-Albacete por protestar la señalización de un penalti precedido de una falta de un contrario, que se llevó el balón con la. mano. El presidente del Tener¡fe viaja hoy a Madrid para formular una reclamación documentada ante la Federación. "Creo que después de leer el acta y oír lo que se ha dicho en las emisoras de radio, el árbitro lo va a tener difícil para justificar ciertas irregularidades; algunas, posiblemente, malintencionadas", declaró. A la polémica se sumó el presidente del Gobierno canario, Jerónimo Saavedra, asistente al partido, quien indicó que "cuando hay un árbitro loco, por muy inepto que sea, los jugadores no pueden olvidar que cualquier gesto suyo puede dejar en inferioridad a su equipo".

Caetano Bueno, del colegio andaluz, abandonó el campo de fútbol a las doce de la noche (hora canaria) del domingo, dos horas después del final del partido, en el interior de un coche celular de la policía. Minutos después, desde el hotel donde se hospedaba en la capital tinerfeña, se prestó a un diálogo en directo, en Antena 3, con el presidente y el entrenador del Tenerife, Javier Pérez y Jorge Raúl Solari, así como con los cuatro jugadores locales (Toño, Hierro, Torrecilla y Dertycia) que él mismo había enviado a la caseta. El colegiado andaluz comentó con desparpajo y arrogancia algunas de las incidencias del partido: "Cómo voy a sacar tarjeta amarilla en lugar de roja a un tío que me empuja. Cuando los árbitros no expulsamos a los jugadores nos llaman cagarrias. Le dije al juez de línea que aguantar a porque íbamos a salir como machos".

Caetano Bueno atribuyó la responsabilidad de sus dos errores -un gol obtenido por Dertycia en fuera de juego y un penalti concedido a Etcheverry después de llevarse éste la pelota con la mano- al juez de línea, Ortiz Palomo. Este, sin embargo, desautorizó al árbitro reconociendo que había levantado el banderín en la jugada polémica de la mano del jugador boliviano del Albacete, pero que Caetano Bueno no le había llegado a consultar.

El Racing reclama

El Racing de Santander, por su parte, ha solicitado la repetición de su partido con el Betis, según informa Lino Javier. La directiva, presidida por Emilio Bolado, comunicó tal demanda por fax en la noche del domingo y ayer remitió el correspondiente recurso. La reclamación se ampara en que los béticos actuaron durante más de dos minutos con 12 jugadores y consiguieron el gol de la victoria (0-1) en fuera de juego. Al tiempo, los directivos santanderinos insisten en la necesidad de un examen psíquico y físico del colegiado José Luis Carcelén, ya que estiman pudiera no estar en las debidas condiciones para dirigir partidos.

Al filo de las 20.30 horas del domingo, en los Campos de Sport de El Sardinero, más de 13.000 espectadores comenzaron a presenciar una serie de hechos conflictivos. José Luis Carcelén García, 40 años, madrileño, empleado de banca, padre de tres hijos y 22 años en el arbitraje, daba por válido el polémico gol de la victoria del Betis. Carcelén consultó con uno de sus jueces de línea, Carlos Broz Saez, quien había señalado, banderín en alto, fuera de juego posicional de Gabino, autor del gol. "Mi ayudante me indicó que había sido un error suyo, que alzó la bandera por intuición y por eso di el gol", dijo el colegiado.

El escándalo, con parón del juego durante más de cinco minutos y lanzamiento de numerosos objetos, se agravó cuando el árbitro, en el minuto 89, dudó en señalar penalti en un agarrón fuera del área por parte del meta local Ceballos a Recha. Ceballos finalmente fue expulsado y el árbitro confirmaba el penalti en el área local.

Siete minutos más tarde, ya en pleno desconcierto y con casi 100 minutos de juego, Loreto entró en la cancha y Mel no la abandonó. El Betis actuó durante más de dos minutos con 12 jugadores, en medio del griterío de los aficionados. Ni el árbitro ni sus auxiliares, presa todos ellos de los nervios, se percataron de la docena de béticos que combatían frente a diez santanderinos.

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