La policía recupera un bebé al que su madre vendió para comprar un coche de segunda mano

JESÚS DUVA, Los funcionarios de la comisaría de San Blas tuvieron ayer en sus brazos a un bebé de 44 días a quien su madre había vendido por 200.000 pesetas. Unos policías de ese distrito acababan de recogerlo de su cuna en una chabola del poblado Los Focos, donde vive la mujer que lo había comprado. El niño apenas permaneció unas horas en la comisaría hasta que pasó a disposición del Tribunal Tutelar de Menores, pero fue suficiente para que más de uno expresase su deseo de adoptarle. La madre natural, una prostituta que ya tiene seis hijos, empleó el dinero de la venta en comprar comida y un coche de segunda mano para su novio. La madre adoptiva esperaba ayer en el calabozo, mientras un grupo de miembros de su clan familiar hacía guardia a la puerta para saber qué ocurriría con el bebé. Ya le habían puesto por nombre Jorge.

Las investigaciones se iniciaron hace un mes, cuando la policía de Badajoz tuvo noticias de que una prostituta había vendido a su hijo poco después de haber dado a luz. El día 6 de septiembre, los agentes detuvieron en esa ciudad a María del Carmen M. O., de 31 años, madre del recién nacido, y a su compañero sentimental, Eduardo Carlos S. A., natural de Beato-Lisboa, de 24 años, acusado de estancia ilegal.María del Carmen reconoció que había parido el 29 de julio en el hospital provincial de Cáceres, y que al día siguiente se marchó de allí tras recoger al bebé, al que no inscribió en el Registro Civil. Ella y su amante se fueron a vivir bajo el denominado Puente Nuevo de Badajoz, donde también estaba asentado un campamento gitano. De esa forma, la pareja trabó contacto con el patriarca Manuel V. S., de 80 años, que actuó de intermediario en la venta del menor.

El Cuerpo Nacional de Policía localizó en Plasencia (Cáceres) al anciano patriarca, quien reconoció haber recibido 15.000 pesetas por su mediación y explicó que el chiquillo había sido adoptado por unos sobrinos suyos, de los que sólo sabía que residen en Madrid.

Extraño aumento de familia

La comisaría de Badajoz requirió la colaboración de la del distrito madrileño de San Blas, por pensar que los nuevos padres del bebé tal vez tenían su domicilio en este barrio. El Grupo de Investigación de Seguridad Ciudadana, tras diversas indagaciones, supo que Adela S. P., de 37 años, y su marido, Emilio N. S., de 31, habían incrementado su familia recientemente: pasaron de tener dos hijos a tener tres, sin que a ella se le hubiera apreciado ningún cambio fisológico mientras tanto.

Los agentes confirmaron que en una chabola de Los Focos -uno de los mayores y más sórdidos centros de distribución de droga de Madrid- residía el citado matrimonio, en unión de dos niños de unos 10 o 12 años y otro de apenas un mes. Los policías penetraron a las 7.30 de ayer en la chabola, donde hallaron a Jorge dormido en una cuña, y detuvieron a su madre adoptiva.

Adela S. había sido detenida con anterioridad en dos ocasiones, acusada de tráfico de drogas, mientras que su marido carece de antecedentes delictivos. Éste no fue detenido ayer por encontrarse ausente.

Según comentarios de los vecinos, Adela tuvo, tiempo atrás, un parto dificultoso y, como consecuencia de ello, murió la niña que había engendrado. A ella tuvieron que practicarle una ligadura de trompas, lo que le imposibilita para tener más descendencia. "Como adora a los niños, ahora estaba muy ilusionada con éste. Tanto, que Adela enseguida le llevó al hospital, al ver que estaba un poco pachucho. Creo que a ella se lo dieron deshidratado", dijo una vecina.

El bebé aún no ha sido inscrito en el Registro Civil, por lo que legalmente no tiene nombre. Sin embargo, los vecinos del poblado lo llamaban Jorge, sin duda porque así lo había bautizado su nueva familia.

María del Carmen M. O., la progenitora del bebé, es madre de otros seis niños, tres de los cuales están acogidos en la residencia pública Hernán Cortés, de Badajoz, mientras que otro lo había dado en adopción. El pequeño localizado en Los Focos fue trasladado a un centro de acogida de la Comunidad.

Durante las horas en que el niño estuvo en la comisaría, un grupo de vecinos de Los Focos permaneció a las puertas del edificio. "Se han encariñado mucho con el bebé y no entienden por qué se lo hemos quitado...", comentó un policía.