'Trailers' violentos
El pasado día 7 llevé a mis hijos, de cuatro y seis años, al cine Rialto de Sevilla a ver una película recomendada para todos los públicos titulada Ese chico es un demonio.
Antes de la película nos pusieron tres trailers. El primero, sobre unos justicieros norteamericanos; el segundo, de la película española Todo por la pasta. En ambos se sucedieron las escenas de violencia: un hombre con un tiro en la frente y la cara ensangrentada; otro al que arrojan, por más que suplica y se resiste, por un balcón; una madre aterrorizada que saca a su hijo de una cuna mientras asaltan su casa... El tercer trailer empezó con una escena sadomasoquista en la que dos mujeres, escasamente vestidas de negro, se daban latigazos.
De este último ya no le puedo contar más porque, a esas alturas, indignación había crecido lo suficiente como para irme a buscar al encargado del cine a expresarle mi protesta por lo que estábamos viendo en una función para niños.
Sus argumentos fueron varios: que sacara a los niños al vestíbulo si no me gustaba lo que veía; que esto era cosa del régimen actual que permitía estas cosas, porque esas películas eran autorizadas (a lo que le contesté que la responsabilidad, antes que de nadie, era suya propia porque nadie: le obligaba a programar así); o, el más desconsoladoramente contundente, que me fijara que nadie había protestado más que yo.
Desconozco si las películas anunciadas son, efectivamente, para todos los públicos y si, por tanto, se puede reclamar algo en ese sentido, pero lo que sí fue cierto es que absolutamente nadie, excepto yo, dijo nada. Si alguien se lo pensó para sus adentros, de nada sirvió.-
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