Espectacular incendio en un antiguo cuartel

Un espectacular incendio consumió ayer por la tarde la techumbre de una de las tres naves de un almacén vacío del antiguo cuartel de artillería Daoiz y Velarde, en la avenida de la Ciudad de Barcelona, 162. Cuando se produjo el siniestro -que generó llamas de gran altura y derrumbó la estructura metálica del techo-, dormían en el interior del edificio ocho personas, africanos en su mayoría, que pudieron salir ilesos.

Según Juan Redondo, inspector jefe de los bomberos del Ayuntamiento, el fuego, cuyas causas se desconocen, se declaró a las siete de la tarde en la techumbre, de madera y uralita, de una nave del almacén del cuartel abandonado. El material estaba muy seco, ardió rápidamente y se produjeron llamas de una altura de cuatro o cinco pisos, según relataban los vecinos. El fuego consumió toda la cubierta de una de las tres naves y deterioró parte de la techumbre de la instalación contigua, unos 1.300 metros cuadrados en total. "Se generó tal cantidad de calor que la estructura metálica que sostiene la cubierta se colapsó rápidamente", aseguró Redondo. Los bomberos, que acudieron diez minutos después de declararse el incendio, no habían entrado aún a la nave cuando se derrumbó la estructura. En las tareas de extinción, que duraron tres horas y media, intervinieron nueve vehículos, con 34 hombres."Estábamos durmiendo, éramos siete u ocho, la mayoría africanos. Nos avisaron los municipales", comentaba ayer un cubano, uno de los inquilinos del antiguo cuartel. Salieron corriendo, entre "el humo, negrísimo y unas llamas impresionantes, ¡cómo venían!", relataba Emilia del Castillo, vecina del ático de la casa de enfrente. Se asustó. "Es el tercer incendio que se produce en un mes", señalaba Manuel, su hermano.

"Yo creo que lo pudieron provocar unos niños que entran cada día", continuaba el cubano. Varios vecinos, contemplando cómo entraban y salían los coches de bomberos, apuntaban la misma autoría. Juan Ignacio Estévez, un comerciante de la calle, aseguraba que el fuego era provocado: "Los vecinos quieren que se construya un polideportivo ahí".