La profunda recesión de la economía del Reino Unido durará, al menos, hasta finales de año
El Reino Unido atraviesa una profunda recesión económica. La asociación de empresarios, los bancos y los estudios independientes coinciden en afirmar que no se atisba mejoría antes de fin de año. Los resultados de las grandes compaftías durante el primer semestre pueden calificarse de lamentables. Sin embargo, la Bolsa sube. Y el canciller del Exchequer (ministro de Economía y Hacienda), Norman Lamont, insiste en que lo peor ha pasado. Se trata de una situación paradójica.
El caso de Guest, Keen and Nettlefolds (GKN), una de las mayores compañías industriales del Reino Unido, ilustra a la perfección esta paradoja. El miércoles pasado, su presidente, David Lees, anunció unos beneficios semestrales de 47,5 millones de libras (unos 8.500 millones de pesetas), frente a los 100,5 millones durante el mismo periodo de 1990.Afirmó que las ventas seguían descendiendo, que quizá habría que recurrir a nuevos despidos -ya han sido 2.600 en los últimos 18 meses- y que las perspectivas eran oscuras. La Bolsa acogió estas noticias con una fuerte subida de las acciories de GKN.
Un indicador fiable de la situación económica, las compañías de seguros, ha encendido también la luz roja. Commercial Union, la gran aseguradora británica junto a Lloyds, anunció esta semana unas pérdidas semestrales de 26,3 millones de libras (4.700 millones de pesetas), frente a los 16 millones ganad os en el primer semestre del año pasado.
Y, aún más significativo, su director general, Tony Brend, comentó que más de una cuarta parte de los incendios en las empresas tenían orígenes sospechosos. Es decir, muchos eran incendios provocados para cobrar el seguro y desprenderse de un negocio sin futuro.
La banca está en la misma línea. Excepto el Abbey National, los otros cuatro grandes bancos comerciales de la city van peor que el año pasado. El Barclays ha ganado 378 millo nes, de libras (602 el año pasado), el Lloyds, 331 millones (frente a 408), el Natwest 101 millones (frente a 431) y el Midland ha entrado en pérdidas: 71 millones, contra un beneficio de 36 millones en el primer se: mestre de 1990. Estos resulta dos se justifican, en, todos los casos, por un notable incremento de las provisiones para créditos impagados.
Crisis total
British Airways ha visto cómo su beneficio caía un 94%: 9 millones de libras, frente a 156 un año antes. Y a pesar de todo los inversores han respirado: todo el mundo esperaba números rojos. Courage, la segunda cervecera británica, ha anunciado 1.400 despidos. Shorts, constructora de componentes aeronáuticos y de misiles en Belfast, ha recortado su plantilla en 250 trabajadores y no descarta que la cifra aumente.De las griandes empresas, sólo British Telecom, la compañía monopolística de servicios telefónicos, ha incrementado sensiblemente sus beneficios. Lo cual ha provocado duras críticas por parte de los consumidores, que han sufrido un aumento de las tarifas bastante superior a la inflación.
Las encuestas revelan que la población prevé un fuerte incremento del desempleo y un empeoramiento general de la situación económica. La demanda interna se ha reducido y el ahorro doméstico, cosa poco habitual, ha crecido en el primer semestre. La gente prefiere prepararse para los malos tiempos, se concluye de estos datos.
Pero el ministro, Norman Lamont, insiste en que la recuperación está a la vuelta de la esquina. Dentro de este mismo año, afirma. Y señala el buen nivel de la Bolsa londinense para refrendar los pronósticos del Gabinete de John Major. Sin embargo, la Bolsa parece responder a un único estímulo: la inflacl ón sigue bajando y, para el año próximo se espera un índice del 4% o menos. Muy poco, si se compara con el 10,9% a que se llegó en septiembre pasado.
Lamont promete que el éxito antiinflacionista traerá consigo la recuperación. Otros muchos aceptan que, en efecto" la fiebre disminuye rápidamente, e incluso auguran que llegará a cero. Eso sucederá muy pronto, dicen. Justo en cuanto la economía británica haya muerto.
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