El último tren accidentado rebasó cinco veces el límite de velocidad
El accidente ferroviario ocurrido el pasado mes de enero en las inmediaciones de la estación madrileña de Chamartín, en el que resultó muerto un interventor y otras 17 personas sufrieron heridas de diversa consideración, vino precedido de cinco excesos de velocidad y una parada inferior a la reglamentarla por parte de uno de los trenes implicados, según se recoge en el informe elaborado por la compañía Renfe.El siniestro se produjo el 28 de enero de este año al chocar muy cerca de la estación de Chamartín un tren de cercanías procedente de El Escorial y un electrotrén. En el accidente falleció el interventor del cercanías Rogelio Almería Gil y resultaron heridas otras 27 personas. Según el informe de la inspección general de Renfe, el tren de cercanías procedente de El Escorial rebasó cinco veces durante el trayecto el límite de velocidad, en algún caso 19 kilómetros por hora por encima de lo permitido.
Este tren de cercanías efectuó también una parada inferior a lo reglamentario, pues poco antes del siniestro se detuvo ante un semáforo durante escasamente medio minuto, cuando debía hacerlo durante un minuto. Por el contrario, el electrotrén respetó en todo su trayecto las velocidades máximas y realizó las paradas regl amentarl amen te. Se da la circunstancia de que, ante la coincidencia de horarios, ambos trenes han de circular diariamente a escasa distancia (unos 300 metros).
Pregunta parlamentaria
El accidente de Chamartín se encuentra actualmente en trámite judicial y, por tanto, está pendiente de la imputación de responsabilidades, según se afirma en una respuesta del Gobierno a una pregunta parlamentaria realizada por el diputado Felipe Camisón, del Partido Popular.El mismo día del accidente, el conductor del cercanías, Manuel Dantas Jiménez, declaró que el sol le había deslumbrado poco antes de entrar en el túnel de Begoña, junto al barrio de Fuencarral, donde estaba estacionado el electrotrén. El accidente se produjo en este lugar al embestir por detrás el tren de cercanías al vehículo mencionado. Dado que la parada se había efectuado pocos minutos antes, responsables de Renfe aseguraron poco después del accidente que el cercanías no podía llevar mucha velocidad. No obstante, la máquina del cercanías se incrustó cinco metros en el electrotrén y provocó el descarrilamiento de sus cuatro ruedas traseras.
A consecuencia del choque, Dantas sufrió fractura de pelvis y de tibia. En el cercanías viajaban 350 personas y en el electrotrén, que cubría el trayecto de Segovia a Toledo, 140. Los bomberos tardaron seis horas para deshacer el amasijo de hierros.
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