_
_
_
_
Entrevista:

''Se me ha pasado por la cabeza dejarlo todo"

Luis abandonó la concentración del equipo el 30 de julio, porque comenzó a sentirse mal. Desde entonces hasta el pasado martes, el técnico estuvo encerrado en su casa sometido a tratamiento médico.Pregunta. ¿Cómo se encuentra después de estos días?

Respuesta. Bien, aunque con la lógica flojera de la persona que pasa cuatro o cinco días en la cama. Pero me encuentro con la energía necesaria para poder trabajar ya.

P. Junto a la enfermedad en sí, ¿lo que peor se lleva son los comentarios que la rodean?

R. Sí. Son cuestiones que aunque no duelen, molestan. Se forman revuelos porque en España estas enfermedades se asimilan con depresiones o con cosas peores. La realidad es que el 10% de la población mundial tiene fobias de todo tipo. Conozco a gente que padece depresiones y que no se curan en la vida. Lo mío no es nada importante, es un mal que se cura en cinco o seis días.

P. ¿Y en qué consiste exactamente su fobia?

R. Yo intuyo lo que me pasa, pero es muy dificil de explicar. Es parecida a las demás. Consiste en tener temor a ciertas cosas. Te aparece sin ton ni son, en función del momento en el que te encuentres. Explicarlo es complicado hasta para el propio enfermo que las sufre,

P. En esos momentos, ¿pensó en la retirada?

R. Se me ha pasado por la cabeza dejarlo todo. Cuando uno está mal, piensa en abandonar. De hecho, hace tres años y medio, cuando recaí por última vez, estuve dos años sin entrenar. Di largas para curame mejor, por si la fobia apare cía con más frecuencia. Ahon pienso que no tiene por qué ocurrirme más.

P. Pero cuando una persona sufre cuatro veces la misma en fermedad, ¿no tiene la sensa ción de estar mal curado?

R. La primera vez que me ocurrió sí tenía mis dudas. Pensaba que podía ser algo más grave. Pero ahora ya no. La experiencia es un grado y cuando sabes lo que te puede pasar, haces lo posible por evitarlo y no piensas en una nueva recaída.

P. Entonces, ¿no se puede temer una nueva fobia?

R. Un hombre cuando está malo medita, pero cuando ya se va encontrando bien se olvida de las medicinas. Esto es lo que yo hice, pero no lo repetiré. Lo que pasa es que me puede caer una teja encima y matarme. Así es la vida, pero no creo que rne vuelva a ocurrir. Si me ocurrie se tardaría un día o dos en recu perarme, los mismos que nece sita cualquier trabajador para curarse una gripe.

P. Si relacionamos su fobía con el infarto sufrido por Cruyff hace unos meses, ¿se puede deducir que el puesto de entrenador es peligroso?

R. La verdad es que la presión que sufren los entrenadores nos lleva a un estado emocional importante. A mí, lo que rodea el fútbol no me crea presión. Me la impongo yo mismo y eso puede ser más grave. Cruyff tuvo problemas de corazón, otros de úlcera y otros de fobias. No cabe duda que la profesión de entrenador, por la presión que se impone, es, cuando menos, sufrida.

P.¿Tiene fijada la fecha de su retirada?

R. Pero no por la enfermedad. Un entrenador, salvo excepciones, debe dejarlo a los 58 o 59 años. Yo, que tengo 53, creo que me retiraré con 55 o 56. A esa edad ya no contactas con los chicos que tienes que mandar, porque las costumbres varían.

P. Cuando a un entrenador se le escapan dos trenes que tiene al alcance, como el Real Madrid o la selección ¿cómo lo supera?

R. La vida es así. Se pierden unos trenes, pero otras veces te subes a otros importantes. Mi suerte, al ser muchos entrenadores y pocos equipos, es que tuve este año la posibilidad de ir al Madrid, a la selección y que terminé en el Atlético.

P. ¿Tuvo la sensación de que se jugó con su persona?

R. En el caso de la selección española sí, y no sólo con mi persona, si no con más gente. Pero en el caso del Real Madrid, no. Yo tenía contrato, no pudo ser y no pasó nada.

P. Llegó al Atlético y el recibimiento del público no pudo ser mejor.

R. Después de casi cuatro años de ausencia creía que la gente se había olvidado un poco de mí, pero no fue así. La gente demostró que Luis es un hombre querido. Pero no se quién sentirá más cariño por el otro, si ellos o yo.

La fidelidad de Gil

J. M.Luis Aragonés tuvo que abandonar la entidad cuando Jesús Gil llegó a la presidencia del club en 1987, por una diferencia mútua de criíerios que estuvo a punto de concluir en un combate de boxeo.

P. ¿Cómo es que firmaron las paces?

R. A Gil le conozco desde hace mucho tiempo y en su día nos tratamos cordialmente Cuando llegó a la presidencia del club tuvimos diferencias que ya se han olvidado. De pronto se produjo su deseo de contar conmigo y el mío de entrenar al Atlético. Entendimos que lucharíamos codo con codo y voy a pelear porque Gil gane el mayor número de títulos posibles. Eso redundará también en mi beneficio. El diálogo lo arregla todo. Lo curioso es que ha tenido que haber un problema para que Gil me demostrara su

fidelidad y yo soy un hombre muy agradecido.

P. ¿Soportará sus habituales intromisiones tácticas?

R. Me parece que estamos poniendo la venda antes que la herida. Esperemos que no llegue esa situación y que Gil comprenda que llevo muchos años en esto y que debo saber algo más que él. En lo demás él sabe más y no me meteré en nada.

P. Los entrenadores le duran poco

R. Pero no sólo a Gil. Por desgracia, en el fútbol español nuestra duración es siempre efímera. Si no ganas lo normal es que te echen. Se miran los resultados y no el trabajo.

P. ¿Desde que es alcalde de Marbella, delega más funciones?

R. Tiene un trabajo increíble. Pero a distancia sigue hablando con la gente y sigue al anto de lo que pasa.

P. ¿Qué le pareció lo de !Corrupción no!?

R. No deja de ser un eslogan. No entro en las intenciones.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_