Exilio fatal
Yo, como muchos otros españoles, también fui un exiliado voluntario de mi patria.Por esto soy muy consciente y comprendo muy bien a personas que, por causa de la situación imposible de vivir de su país, se han visto obligadas a refugiarse en Espana, con la esperanza de una nueva vida y libertad.
¡Qué triste desilusión!
Escribo esta carta en nombre de un iraní. Supongo que, iraní o de otra nacionalidad, da lo mismo. Es una persona con deseos de estudiar, trabajar, ser un miembro más de nuestra sociedad, vivir como persona normal y digna, con esperanzas e ilusiones. ¡Todo esto se le ha venido abajo! ¿Por qué? Pues, simplemente, porque el Ministerio del Interior se ha dado el gustazo de denegar una petición de asilo, después de dos años, ¡después de dos años!
¿No es ésta una, larga espera, llena de incertidumbres, de ilusiones, al final de la destrucción moral y psíquica de un ser por otro ser al que le es tan fácil decir no? ¿Por qué se permiten el placer de aceptar en nuestro país a personas y después darles la patada?
Hay personas que no son gratas en nuestro país, pero también
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Viene de la página anterior las hay con muy buenos principios y dignas de una vida digna. ¿Por qué han denegado a esta persona las ilusiones que se había forjado? ¿Por qué tienen que pagar justos por pecadores? Yo quiero preguntar, ¿pueden algunas personas quedarse tan tranquilas sabiendo que destruyen a una persona moralmente y con futuro inseguro? ¿Cuál sería, o cómo sería, la reacción del ministro del Interior si su situación fuera la misma que la de algunas personas que sólo aspiran a recibir un papel que les dé liber tad y dicho papel se les niega? Yo, por mi parte, tengo que gritar... ¡injusto!- José Serna.
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