Gorbachov anuncia que el Tratado de la Unión está listo para la firma
Mijail Gorbachov se presentará hoy ante el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), del que es secretario general, con dos poderosos instrumentos reformistas: un Tratado de la Unión que cuenta con el visto bueno de 10 repúblicas y un programa con vocación de socialdemócrata en el que la lucha de clases pasa al archivo de la historia. La reunión, en vísperas de que el próximo miércoles se firme en Moscú el primer tratado para eliminar armas nucleares estratégicas, medirá las fuerzas en el seno del partido.
Aún no parece llegada la hora de romper el PCUS, un conglomerado de tendencias que, en su lucha por el control de 16 millones de afiliados, hacen gala de un gran pragmatismo, empezando por los más ortodoxos.Los conservadores llegan al pleno del comité central armados de oportunismo y dispuestos incluso a convertirse a la socialdemocracia propugnada por los sectores más reformistas.
La estrategia oculta tras el entierro temporal del hacha de guerra del bunker comunista pasa por la convocatoria de un congreso extraordinario para el próximo otoño, cuyo objetivo será descabalgar a Mijaíl Gorbachov de la secretaría general. Los conservadores confían en que, si así ocurre, el líder soviético se vería obligado a abandonar asimismo la jefatura del Estado.
El botín por todos anhelado es tan goloso que permitiría, por ahora, evitar que se produzca un cisma clarificador en el seno del PCUS, hoy por hoy la organización más sólida del Estado soviético. Un Estado en vías de profunda transformación que se regirá por un nuevo Tratado de la Unión al que podrán sumarse, o restarse, las repúblicas que lo deseen.
Gorbachov enarboló su frase favorita, "la vida dirá", al mostrar su flexibilidad ante las repúblicas que por ahora se mantienen al margen del futuro tratado. El documento, explicó ayer el líder del Kremlin, "está abierto a todos".
El texto base para refundar la estructura de la Unión Soviética ha sido elaborado conjuntamente por el jefe del Estado soviético y los presidentes de nueve repúblicas, empezando por la mayor y más poblada de todas, la República Federativa Rusa, a cuyo frente figura el principal rival de Gorbachov y ex miembro del PCUS, Borís Yeltsin.
En la reunión donde se dieron los últimos toques al Tratado de la Unión, y que concluyó pasada la medianoche de ayer en una dacha cercana a Moscú, estuvo también presente el presidente de Armenia, Levon Ter Petrosian.
Una única manzana de la discordia queda sobre el tapete negociador: la creación o no de un impuesto federal y su control.
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