LeMond debe retirarse, dice su cuidador

El mexicano Otto Jacome, cuidador y hombre de confianza de Greg LeMond, no pudo acoger ayer al estadounidense en la meta de Morzine. El muy fatigado LeMond, apenas cruzó la línea a 7.52 minutos del ganador, dio media vuelta y partió hacia el coche del equipo Z a una velocidad muy superior a la de su llegada. Jacome comentó: "Debe retirarse. No tiene sentido que siga. ¿Para qué? ¿Para quedar en el puesto 30º o 40º? Lo único que va a conseguir es empeorar su estado y dar una mala impresión en cada etapa. La decisión es suya. Pero dudo que mañana pueda salir".Jacome explicó que LeMond sufre una extraña intoxicación desde la etapa de Val Louron. "Los médicos no saben cuál puede ser la causa. En principio, pensaron que podía deberse a unas llagas que se hizo en la contrarreloj, pero luego se decantaron por una infección dental. El tratamiento requería dos o tres días para producir el efecto deseado, por lo que Greg no ha podido recuperarse. Se intentó, pero el cuerpo no ha resistido tanta batalla", declaró.

También elogio' su sacrificio: "El quiso continuar por el pundonor del campeón, porque pensaba que tenía posibilidades de recuperarse. Pero ahora ya no tiene caso que siga. Se ha dado cuenta de lo débil que está. Nadie tendrá que convencerle de ello". La llegada a Gap, en la que LeMond protagonizó una escapada que restó en unos segundos su diferencia con Induráin, fue, según Jacome, un espejismo: "Pensó que estaba recuperado".

El mexicano reivindicó la sinceridad de LeMond, al que varios integrantes del pelotón habían acusado de fomentar un falso estado de forma para actuar por sorpresa: "Los rumores que hubo sobre una retirada en la etapa de Alés fueron ciertos. Greg estuvo a punto de no tomar la salida. Al final, lo hizo para demostrar a todos que por él no quedaría, que sólo se retiraría cuando realmente las fuerzas le abandonasen". Este extremo fue confirmado por el propio ciclista en Alpe d'Huez: "Estoy muy cansado. No puedo recuperarme de un día para otro. Lo más duro fue en Alés. Estuve a punto de abandonar. A partir de ese día decidí no plantearme otra cosa que aguantar".

Simplemente, controlar

La otra cara de la moneda fue Miguel Induráin, para quien la victoria en París es ya una cuestión de trámite: "Se puede decir que el que gane o no es cuestión de suerte. El trabajo está hecho y en la contrarreloj no pienso salir a ganar, sino a controlar". Catalogó la etapa de muy dura: "La lluvia ha empeorado las condiciones. Bugno ha atacado, pero no he tenido problemas".