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Isabel Allende Bussi, vicepresidenta del Partido Socialista Chileno, reconoce estar harta de que en Europa la confundan con su prima, la autora de Eva Luna. Pero no le importa; sobre todo cuando, al precisar que es la hija menor del que fue presidente de Chile, Salvador Allende, cambia el semblante de su interlocutor. Durante la última semana, esta socióloga, que pasó 16 años de su vida en México, en un exilio salpicado de viajes a Europa para recibir muestras de solidaridad contra la dictadura del general Augusto Pinochet y en la que a pesar de tantos avatares han hecho poca mella sus 46 años de edad, ha recorrido en España despachos oficiales para explicar el plan de la fundación que lleva el nombre de su padre. El ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, y los presidentes autónomos de Madrid y Valencia, Joaquín Leguina y Joan Lerma, respectivamente, han conocido así su proyecto para llevar a Chile las 300 obras donadas por creadores como Antoni Tàpies, Eduardo Chillida o Manuel Millares durante el Gobierno de Allende o en los años más oscuros de la dictadura. Sin embargo, su peregrinaje no acaba en España, pues al menos 1.500 obras de arte donadas a Chile se encuentran diseminadas por toda Europa. La prima de la novelista espera que en septiembre puedan ser exhibidas en el Palacio de Bellas Artes de Santiago de Chile.